Y el gorrioncito se voltea y le dice: No !, este bosque me ha dado todo, familia, alimento, amigos; pero por sobre todo felicidad… y no me importa morirme, por simple lealtad voy a tratar de salvar a mi bosque.
Y así; vá al río, moja sus alitas, vuela sobre las llamas del incendio y deja que una o dos gotitas de agua vuelvan a caer sobre el incendio.
Y este bosque vuelve a reverdecer y florecer. Todos los animalitos regresan y vuelven a ser felices, más felices de lo que eran.
A este bosque el Sr. Carlos Kasuga lo compara con nuestro País, su País México Tal vez estemos en un gran incendio económico, social y político. Pero nos pide a todos y a cada uno de ustedes, que por favor seamos como ese gorrioncito y que todos los días dejemos caer una o dos gotitas de sudor, de trabajo y de estudio… y si así lo hacen, México nos lo agradecerá y Dios nos bendecirá.
Titúlo: El Gorriocillo Reflexión de: Carlos Kasuga Transcrito por: Daniel Espinoza ¡Consuela a mi Pueblo! Blog
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