Un grado de toxicidad en la vida pública muy alarmante

Publicado el 12 enero 2012 por Ciberculturalia

No les oculto que estoy muy preocupada porque la corrupción en España se ha convertido en noticia diaria. Todos los días nos desayunamos con algún caso nuevo, o con un aspecto nuevo, de corrupción. A mi juicio, la situación traspasa lo tolerable y ante esta situación no podemos ser indulgentes
Si miramos lo que estos días está ocurriendo vemos un panorama desolador.
El caso de Jaume Matas, expresidente de la Comunidad Balear, con 25 causas abiertas, realmente me tiene fascinada. Yo me pregunto cómo es que nadie advirtió su manera corrupta de entender la "cosa pública", haciendo, como hacía, una manifestación ostentosa y ordinaria de signos de riqueza. La compra de un palacete del centro de Palma, por un precio de 4 o 5 millones de euros, que ya ni se porque me bailan las cifras. Las joyerías y tiendas de artículos de gran lujo saqueadas por la pareja presidencial, pagando siempre al contado con billetes de 500 euros...
El caso de Francisco Camps, expresidente de la Comunidad Valenciana, que como el anterior está sentado también en el banquillo para ser juzgado, de momento,  por los famosos trajes. Trajes que tan sólo son la punta del iceberg del gran caso de corrupción de este país:  caso Gürtel.
La expresidenta del Parlamento de la Comunidad Balear, María Antonia Munar, de Unión Mallorquina, cuya toxicidad ha quedado totalmente demostrada y el embrión de la corrupción más abyecta de esa isla. Acusada por malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental, negociaciones prohibidas, delito electoral y cohecho. No está mal.
Un exdelegado de Gobierno, en la provincia de Castellón, Carlos Fabra,  imputado en gravísimos casos de corrupción: tráfico de influencias, cohecho, delito fiscal...  decide además encargar una escultura para que flanquee la entrada a su obra magna: el aeropuerto fantasma de Castellón. 
Un ex director general de Empleo en la Junta de Andalucía, Javier Guerrero, implicado en un asunto escandaloso con los ERES de Andalucía. Por cierto, veo que la prensa pone mucho acento en que el dinero procedente de las subvenciones se lo gastaban en putas y cocaina. A mí eso me da igual,  como si se lo gastan en estampitas y en capirotes de nazareno. El tema no es ese, no? Es sencilla y simplemente que, en caso de que se compruebe su veracidad, es un robo intolerable, indecente. 
Un exministro, el señor Blanco, investigado por el Tribunal Supremo...

Un yerno de un rey, caso Urdangarín,  imputado en gravísimos  delitos  de falsedad de documento público, malversación, fraude fiscal y un largo etcétera... Por cierto, ayer El Confidencial, denunciaba que  la Fiscalía Anticorrupción advirtió a la propia Casa del Rey con varias horas de antelación del registro policial de las sedes del Instituto Nóos y la trama de empresas vinculadas a Iñaki Urdangarín.  De nuevo, intolerable.


Es tal la toxicidad de la vida pública que yo estoy realmente preocupada. Estoy convencida de que la abundancia de casos de corrupción en España supone un gran fracaso colectivo de la sociedad. Y es que ante una forma de hacer política no podemos ser indulgentes, no podemos mostrar ni un ápice de tolerancia. 
Cuando el político corrompe, alrededor hay muchas personas de la sociedad civil que se benefician, también corruptamente, de esa forma de entender lo público. Es un magma que se va extendiendo y que intoxica, de forma intolerable la vida pública
Como creo firmemente en lo público, en la política como instrumento imprescindible para ordenar la convivencia, en los gestores de los servicios públicos...  como creo que hay políticos que ejercen su actividad con gran dignidad... como creo en todo ello, pienso que es el momento de tomar medidas contra toda suerte de toxicidad de la vida pública, contra toda gestión inadecuada del dinero de los contribuyentes.
Ninguna tolerancia, ninguna indulgencia ante la corrupción
A estas horas de la noche, quería compartir con ustedes esta desazón. Buenas noches.