En el otro enfrentamiento, el Jaca cumplió con los pronósticos y derrotó al Txuri Urdin por 6 – 3 (1-0, 3-1, 2-2), aunque estos también demostraron potencial para dar la sorpresa.
La semifinal “catalana” está que arde y la mecha la encendió ayer el FC Barcelona en la pista del CG Puigcerdà.
Al final del encuentro lucia un 3 – 5 (1-1, 1-2, 1-2) en el luminoso por el que, reconozcámoslo, nadie hubiera apostado. Y en este nadie, me arriesgo a incluir a la mayoría de la expedición blaugrana.
Eso sí, también hay que reconocer que fueron ellos los que empezaron a creer, antes que nadie.
La pista del Poli de Puigcerdà presentaba al inicio del partido una buena entrada para lo que lleva siendo la temporada, es decir algo más de un cuarto del aforo. Y el ambiente era distendido ante una semifinal que todo el mundo había visualizado como “de trámite” para los locales.
Y el 1er gol del Puigcerdà, cuando aun no se había jugado un minuto de partido, no hizo más que acrecentar esa sensación entre el respetable. El tanto había llegado después de un buen desplazamiento de Pablo por detrás de la portería blaugrana después del cual dejó el puck en óptimas condiciones a Poko para que este rematará a faena
Pero al cabo de 4 minutos, el Barça dejaba su primer aviso, cuando jugando estos en inferioridad numérica, Danilo se invento una contra en la que, al poco de cruzar la línea azul contraria, realizó un potente lanzamiento que estrelló el caucho contra la cruceta de la portería ceretana que sonó como una de las campanas del conocido campanario de la población.
Como si esa acción hubiera disparado un resorte, y disfrutando el Barça de un power-play, al poco llegaba el empate obra de Kosic después de una buena combinación en transición con Danilo.
La verdad es que el control de la pastilla y también del tempo del partido todavía estaba en manos del Puigcerdà, pero ya empezaba a instalarse la sensación de que si no resolvían pronto las cosas se complicarían.
Su segundo gol, en el minuto 23, aligeró esa sensación. El Puigcerdà jugaba en superioridad numérica y a los dos protagonistas del primer gol se unía ahora el eslovaco Kotlo, que recibía un pase de Pablo y lo redirigía con calidad hacia Poko, que de nuevo encontraba espacio libre en la portería contraria.
Con 2 a 1 finalizaba este primer parcial y todavía las cosas estaban dentro del guión.
Se inició el segundo tercio y la situación continuaba parecida. El Puigcerdà tenía más tiempo el puck en sus sticks y entraba con frecuencia en la zona culé pero con evidente falta de acierto en sus hombres punteros.
Por su lado el Barça reaccionaba como aquel que ha visto que no el león no era tan fiero como lo pintaban. Su respuesta era de mucho juego físico, cierre laborioso de espacios en defensa y confianza en los contraataques.
Y no tardaron en aprovechar uno de ellos. J. Muñoz recogió un rebote ante la portería de Nemcak y con una excelente ejecución de lanzamiento de revés, introdujo el puck en la escuadra derecha. De nuevo el partido en tablas.
Pero unos minutos antes había sucedido algo similar a lo ocurrido en Jaca hacia 15 días y con un protagonista que repetía.
Después de una jugada embarullada ante la portería del Puigcerdà, Orlando reclamó con vehemencia al árbitro principal (Carlos serrano) una acción y este finalmente le sanciona con técnica y diez minutos.
El partido se reinició y a los pocos instantes en el siguiente parón de juego, Orlando recibió una nueva técnica de 10 minutos. El árbitro consideró que Orlando había continuado con sus quejas desde la “nevera” y lo envió a vestuarios. Orlando negó haber dicho nada y que, si hubo algún comentario, procedía del público.
El caso es que de nuevo el escenario presenta a un Puigcerdà que pierde a una pieza importante en defensa. El entrenador Oppitz se ve obligado a reestructurarla y el Puigcerdà se atasca en el proceso.
Eso da alas al Barça que continua lanzando contraataques peligrosos, muchos de ellos llevados a cabo con peligro y desparpajo por el joven Boronat.
Y el premio a este jugador blaugrana le llegó en forma de 3er gol después de pelear un puck en la zona central y con un cambio de ritmo plantarse ante el portero del Puigcerdà. El primer disparo no entró pero el mismo Boronat, desde el hielo a causa de una caida, recogió la pastilla y la introdujo en la portería ceretana.
El Barça se ponía por primera vez por delante en el marcador. Quedaban 4 minutos para el final del 2º periodo y el partido se volvió loco. Con ambos equipos dándolo todo físicamente, con ataques rápidos a una y otra portería, que no se concretaban pero que dejaban la impresión en los asistentes de estar presenciando un gran partido de hockey.
El inicio de la tercera parte se realizó con cambios sustanciales en las filas del Puigcerdà ya que ante la falta de Orlando, Oppitz apostaba por retrasar a Kotlo a la defensa junto con Jordi, pasaba a Filip al centro y bajaba a Pablo de 2ª línea a la derecha de la 1ª.
Tampoco en esta situación se vio cómodo al Puigcerdà y Danilo aprovechó los primeros momentos de adaptación para aliarse con J. Muñoz y Boronat, y conseguir ampliar la ventaja del Barça con un 4º gol.
Hay que reconocer que el Puigcerdà respondió a este gol con furia y el asedio a la zona defensiva visitante fue un hecho. Tarde pero finalmente llegaba la reacción.
Y el resultado fue que en una jugada similar a la del primer gol ceretano pero con Bellido peleando detrás de la portería de Alcaine y con Pablo ante ella. Este recibía una asistencia del primero y no perdonaba. 3 – 4 en el marcador y 15 minutos por jugar.
El Puigcerdà continuo intentándolo, eso no se podrá negar, pero el Barça estaba crecido y les estaba tratando de tu a tu con las armas de que disponía.
Hablando de armas, hay que decir que la pólvora de algún jugador del Puigcerdà pareció algo húmeda porque sus inocentes lanzamientos dieron poco trabajo a Alcaine, que si bien en otros encuentros había sido pieza clave, en este vio como muchos lanzamientos parecían buscar más su cuerpo que los espacios vacios.
Pero la verdad es que la defensa azulgrana estuvo a gran altura y su sacrificio en los últimos minutos tuvo mucho que ver en que el Puigcerdà no llegara a conseguir el empate.
De hecho cuando restaba poco más de un minuto de partido, Oppitz retiró a su portero para incorporar a un hombre ofensivo más. Era el “cambio del desesperado” y esto solo funciona en las películas. Se tiene que intentar, pero solo da resultado en un porcentaje muy reducido de ocasiones.
Lo que si suele ser bastante más habitual es que el equipo que va por delante aproveche esta circunstancia para cerrar el marcador definitivamente y así lo hizo el FC Barcelona en el minuto 59’ 58”, cuando J. Muñoz marcaba a puerta vacía el 5º de su equipo.
Al final merecida victoria por 3 a 5 del Barcelona sobre el Puigcerdà en un partido muy entretenido y vibrante. E importante toque de atención al líder de la Fase Regular que hoy domingo tendrá que demostrar el porqué de su condición si no quiere viajar a Barcelona con la espada de Damocles apuntándole.
Cabe decir que los aficionados abandonaron la pista con sensación de tristeza y con críticas moderadas a los locales. La confianza en que el Puigcerdà puede dar la vuelta a la serie continúa alta pero ahora ya nadie descarta nada.
También fue destacable escuchar comentarios del tipo “mala noche para el Puigcerdà… buena noche para la competición”.
Un servidor, esperando con interés al partido de esta tarde, se añade a ellos.
En la otra semifinal el ACH Jaca sí que cumplió con su papel de favorito y ganó el primer envite al CHH Txuri Urdin por 6 – 3. En cualquier caso, el Txuri plantó cara y dejó claro que los play-off’s son diferentes para todos los equipos. Y eso no tendría que ser nuevo para nadie.
Podéis escuchar unas opiniones de protagonistas del Puigcerdà – Barcelona.
En primer lugar las del delantero barcelonés Oriol Boronat.
Y también la valoración del defensa del Puigcerdà, Daniel Hilario.
Oriol Boronat realizó un gran partido y se muestra como uno de los jugadores emergentes en la Ciudad Condal.
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