Un gusto dudoso
Palabra diseñada por @laiyls.
Malena era una empleada estupenda, pero tenía un defecto: le gustaba demasiado darle su toque personal a las cosas, lo cual siempre incluía añadir algún floripondio en los lugares más insospechados de la oficina o hacer reposar el ratón del ordenador en una monstruosa decoración de ganchillo. No hubiera sido un problema tan grave de no ser porque trabajaba en un estudio de decoración y Bárbara, su jefa, no sabía ya cómo decirle que no podía traer nada que no fuera minimalista y elegante para dar un poco de alegría al ambiente. Cuando entró en su despacho con su nueva cliente y se encontró el tapete sobre su silla, consideró seriamente la posibilidad de despedir a Malena hasta que la mujer se entusiasmó con el detalle. Malena escuchó el halago y se acercó para enseñar a la cliente sus creaciones. Pronto, Bárbara se dio cuenta de que esas dos mujeres eran almas gemelas. -Acabas de ascender a decoradora -le dijo a Malena cuando la clienta se fue. Esta, tras unos segundos de estupefacción, estalló de agradecimiento y Bárbara no logró quitársela de encima en lo que quedaba de tarde. Aun así, no se arrepintió: no perdía una clienta cuyo mal gusto le hubiera impedido trabajar con ella y, además, mantenía los esfuerzos de personalización de Malena alejados de su oficina... por un tiempo. ---------------------------------------------------------------------------------Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.