Un hombre construye una catedral con sus manos

Por Martineznotte Alejandro Martínez Notte @martineznotte

La obra de su vida

Justo Gallego Martínez es agricultor y ex-monje. Nunca recibió formación de arquitectura, albañilería, ni cualquier oficio relacionado con la construcción; pero su increíble fe sirvió de impulso a la hora de emprender lo que sería el mayor proyecto de su vida.

Tras trabajar de granjero y torero, Gallego decidió inscribirse en el monasterio trapense,el convento de clausura del Císter en Santa María de Huerta, donde pasó más de ocho años. Cuando fue golpeado por la tuberculosis en 1961 tuvo que abandonar el monasterio. Además de robarle gran parte de su juventud, esta cruda enfermedad fue el acontecimiento que marcó un antes y un después en su vida. Su recuperación lo inspiró para comenzar a crear una obra que serviría como agradecimiento y tributo a la fe cristiana.

La catedral en pie

Pese al escepticismo de sus vecinos, Justo Gallego avanzó notablemente con la obra sin tener que utilizar la ayuda de ninguna grúa. El proceso se inició sin permiso municipal en un terreno 4.740 metros cuadrados que Gallego heredó de sus padres. Se cree que el terreno en la actualidad vale más de un millón de euros.

Sorprende la precisión y la creatividad que puso en juego a la hora de planificar la estructura y utilizar deshechos y desperdicios. Dos grandes columnas que coronan la fachada fueron realizadas usando grandes latas de aceite, que más tarde fueron revestidas con cemento y ladrillos. Para la construcción de los arcos utilizó neumáticos de camiones y autobuses mientras que el resto del edificio lo realizó con maderas y elementos recogidos de otras obras en demolición. El diseño está inspirado en la Basílica de San Pedro que se encuentra en el Vaticano.

Un ícono turístico

Es probable que la iglesia nunca pueda utilizarse para rendir culto, aunque la Municipalidad ya aprobó que continúe en construcción debido al gran incentivo turístico que genera en la región. Mientras un centenar de curiosos y viajeros se acercan para ver con sus propios ojos esa hazaña increíble, el Museo de Arte Moderno de Nueva York ya se encargó de exponer la obra y contarle al mundo la increíble historia de Justo Gallego Martínez.

Las imágenes que ilustran la nota pertenecen a Wikipedia.org.