Un Hombre para la Eternidad (1966)

Publicado el 04 diciembre 2009 por Cineatico

A Man for All Seasons (titulos en castellano: "Un hombre para la eternidad" (España) y "Un hombre de dos reinos" en México y el resto de Hispanoamérica), película dirigida por Fred Zinnemann en 1966, narra los últimos años de la vida del hombre de leyes, estadista, escritor, humanista, traductor y filósofo Santo Tomás Moro (Londres, 1478-1535), padre, junto a Maquiavelo y otros, del pensamiento político moderno gracias a su libro "Utopía".
La película ganó 6 Óscar en 1966 y 7 BAFTA en 1968. Está basada en una obra de teatro de Robert Bolt, guionista también de la película. Se representó con éxito durante años en Londres. De hecho, el actor principal, Paul Scofield, un veterano actor teatral, representaba a Tomás Moro también sobre el escenario. La primera versión de esta obra fue escrita por Bold en 1954 para la BBC Radio. Adaptada para la escena, se estrenó en Londres en el Globe Theatre (hoy Gielgud Theatre) el 1 de julio de 1960. En Broadway, el estreno tuvo lugar el 22 de noviembre de 1961, en el ANTA Playhouse. Paul Scofield, que ya había representado el papel protagonista en el West End londinense, también actuó en Broadway en el año 1962, ganando un Tony Award.
Argumento
En la película se ve a Tomás Moro, negándose a reconocer a pesar de su fidelidad al rey Enrique VIII, la nulidad de su matrimonio con Catalina de Aragon (quien solo le había dado una hija sana) para que éste pudiera casarse con Ana Bolena ("Ana de los 1000 días" en otra película), hecho que acaba provocando la ruptura entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Inglaterra en 1534.
Muestra la encrucijada de Moro por tener unos fuertes principios morales y religiosos que le impedían dejar de reconocer a la iglesia y al Papa de Roma; y a la vez sentir fidelidad hacia la corona y a su patria, ceder a los chantajes que le venian por parte de Enrique VIII, rey que hacía la ley a su medida y que estaba tan dispuesto a ejecutar a los que consideraba traidores, como sumamente dolido de que su principal pensador le llevara la contraria.
A pesar de ser el mas valioso consejero real, tiene que renunciar a sus cargos publicos (fue canciller), luego es acusado de alta traición al no reconocer a su rey como maxima autoridad de la iglesia por una ley escrita “ex profeso” para que así lo hiciera, después fue encarcelado en la Torre de Londres, “juzgado” (es un decir...) y condenado a muerte. Otros dirigentes europeos presionaron para que se le salvara la vida, como el Papa o el rey Carlos I de España (V de Alemania), quien veía en él al mejor pensador del momento, pero no sirvió de nada y fue decapitado el 6 de julio de 1535. La Iglesia Católica Romana le concede el título de Santo por su defensa de la fe.
Comentarios sobre la Pelicula
Un hombre para la eternidad es el tercer gran icono de la carrera cinematográfica de Zinnemann (”Solo ante el peligro”, “De aquí a la eternidad”) y la segunda de estas tres en cuanto a galardones se refiere, seis Oscar en total para esta producción estadounidense.
Nuestro hombre para la eternidad es Thomas More (Santo Tomás Moro para la Iglesia Católica) y sobre él y su conflicto con el rey de Inglaterra, Enrique VIII, versa toda la película. Desde el inicio del conflicto matrimonial hasta su desenlace final, Zinnemann nos lleva de la mano a través de caminos oscurecidos por las intrigas políticas y las luchas de intereses entre personajes clave de la Historia, en un mundo alejado del nuestro en el tiempo pero no en esencia. Quizá este camino pueda parecer, a ojos del espectador acostumbrado a ritmos vertiginosos y florituras técnicas, un tanto farragoso y espeso pero en verdad, la cinta, por cierto adaptación de una obra teatral de Robert Bolt, nos muestra con claridad y eficacia cómo se desarrolló la trama del cisma anglosajón. Tal vez la única pega la encontremos en la excesiva carga moral de la película, encumbrando sin medidas la figura de More como incorruptible hombre y mejor cristiano. Si bien es cierto que su forma de actuar puede ser ejemplo atemporal en un mundo movido por el interés, el film no duda en acrecentar y ensalzar hasta convertir la moral de Thomas en el centro y fin de la obra.
Aunque la película en sí pueda parecer aburrida, lenta o pesada (la sucesión de movimientos en el tablero político se alarga necesariamente) se trata en realidad de un acercamiento interesante y veraz al conflicto matrimonial que desencadenó en la aparición de la tradición anglicana que todavía hoy perdura en las Islas Británicas. Especialmente destacable en ella son los papeles de los protagonistas, entre los que encontramos un breve pero intenso Orson Welles en el papel del Canciller y Cardenal Walsey; un genial Paul Scofield en el papel protagonista, después de haber sido recuperado para el cine por Zinnemann; y un incomparable Robert Shaw que nos deleita con una colección de matices interpretativos entre los que destaca su especial énfasis en mostrarnos los cambios de humor y las veleidades del monarca Enrique.
Por último me resulta inevitable acudir al recurrente y facilón juego de palabras a la hora de loar la obra de este gran director. Pues Zinnemann demostró en estas tres citadas obras ser un verdadero Cine-man, aunque en su Austria natal hubiésemos de llamarlo Kino-Mann.
Premios Oscar
Een la entrega de los oscar de 1966 recibe los siguientes premios: Oscar a Mejor película; Mejor director (Fred Zinnemann); Mejor actor (Paul Scofield); Mejor guión adaptado (Robert Bolt); Mejor fotografía ((color) Ted Moore); Mejor diseño de vestuario ((color) Elizabeth Haffenden y Joan Bridge)
Ficha técnica
Dirección Fred Zinnemann
Producción Fred Zinnemann
Guión Robert Bolt
Música Georges Delerue
Fotografía Ted Moore
Montaje Ralph Kemplen
Reparto Paul Scofield - Wendy Hiller - Leo McKern - Orson Welles - Robert Shaw - John Hurt
País Reino Unido
Año 1966
Género Drama
Duración 120 min.
Distribución Columbia Pictures
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