Empezar a cultivar un huerto pequeño o grande cambia completamente nuestra actitud hacia los alimentos. Una vez que pruebas unas hortalizas frescas y tiernas recién recolectadas como unos tomates, unos guisantes o unos maíces comprobarás que no se asemejan en nada a los que comprabas hasta el momento.
Los frutos saludables y sabrosos que cultivarás te convertirán en un adicto al huerto.
Ya no podrás comerte un tomate comprado en un supermercado con el mismo entusiasmo después de haber cultivado, cuidado y cosechado un tomate de tu propio huerto. Y ésto lo saben muy bien todos los hortelanos.
Pero volviendo al tamaño del huerto…
¿Y por qué deberíamos empezar a cultivar un huerto pequeño?
Que sea un huerto pequeño infunde ánimo a aquellas personas que no se deciden a comenzar con esta actividad. Otros, no tendrán otra opción si no disponen de suficiente espacio para optar por un huerto de mayores dimensiones. En las ciudades la falta de espacio es el principal inconveniente para cultivar nuestras propias hortalizas. Pero aún así podemos cosechar verduras a una escala modesta si utilizamos el ingenio y la creatividad.
Si en el ámbito agrícola y comercial se persigue que todas las hortalizas maduren a la vez para poder cosecharlas y venderlas, en un huerto doméstico lo ideal es hacer una siembra escalonada. De esta manera podríamos cosechar pequeñas cantidades de forma contínua. Además aprovecharíamos mejor toda la temporada consumiendo siempre hortalizas frescas sin tener que acumular excedentes ni tampoco convertir nuestras comidas en monótonas y aburridas.
Como no hace falta labrar la tierra, ni utilizar muchas herramientas o maquinaria y, además se puede construir en patios donde no haya tierra, este método de cultivo en espacios reducidos es ideal para huertos escolares, comunitarios y también para centros de la tercera edad.
Ventajas de un huerto pequeño
- Ahorro: Utilizaremos menos cantidad de semillas y sólo compraremos las del primer año. Para la segunda temporada de siembra tendremos las semillas que hayamos obtenido de la primer cosecha.
- No hace falta aclarar: En un huerto pequeño no es necesario sembrar muchas semillas para luego tener que aclarar. Este proceso consiste en sembrar muchas semillas pero quedarnos sólo con las plantas más fuertes y arrancando las más débiles, lo que constituye un desperdicio.
- Comodidad: Si utilizáramos un cajón de cultivo con fondo podríamos trasladarlo al sitio más soleado y más cómodo para poder cuidarlo.
- Flexibilidad: Podríamos colocarlo en un patio, terraza o balcón y también cerca de la cocina.
- Aliado de la cocina: Un lugar ideal para poner macetas de plantas aromáticas con las cuales aromatizar los guisos.
- Decorativo: Si nos decantamos por alternarlos con flores o jugamos con la combinación de colores que podríamos conseguir, por ejemplo, con distintas variedades de lechugas convertiremos nuestro huerto en un precioso jardín.
- Atrae la fauna auxiliar: Las flores no sólo las cultivaremos con un fin decorativo sino también como un reclamo para atraer insectos beneficiosos para la polinización de nuestro huerto.
- Muy aprovechable: Si nos decantáramos por flores comestibles estaríamos sacándole doble provecho.
- Menos tareas para hacer: En un espacio reducido no se necesita labrar ni abonar la tierra. En vez de mejorar el suelo puede reemplazarlo directamente con sacos de tierra especial compradas en cualquier vivero.
- Menos mantenimiento: No es necesario desherbar porque esta tierra no contiene semillas de malas hierbas.
- Más fácil: Esta tierra nos ahorrará mucho trabajo y nos aportará beneficios para las plantas que crezcan en ella. Así será muy fácil trabajar la tierra por su ligereza.
- Más productivo: Las remolachas, patatas, cebollas, rabanitos, etc. engordan fácilmente al encontrarse con una tierra suave y ligera.
- Buen drenaje: Una buena tierra aportará un buen drenaje que favorecerá a todas las plantas pero sobre todo a las aromáticas que no soportan los encharcamientos.
Cómo hacer los cajones
Profundidad: Para no malgastar tierra en cuanto a la profundidad de estos bancales o cajones bastaría con 15 centímetros de profundidad para la mayoría de las hortalizas y unos 30 centímetros para patatas y otros tubérculos. Otra idea es plantar patatas en sacos y así a la hora de cosecharlas no perderíamos ni una porque estarían todas dentro del saco.
Materiales: Los cajones se pueden hacer con madera sin tratar con pinturas o productos químicos para no exponer nuestro huerto a productos tóxicos. Para proteger los cajones los podemos envolver en geotextil y así evitaremos la putrefacción. El fondo lo haremos también de madera con algunos agujeros para el drenaje. Distancia entre cajones: Esta podría ser de un metro para movernos con comodidad y permitir el paso de una carretilla si fuera necesario. Con un cajón de un metro cuadrado un hortelano puede acceder a cualquier punto del bancal con mucha facilidad.
Rendimiento
Una familia tipo compuesta por 4 miembros necesita aproximadamente unos 50 metros cuadrados de huerto para autoabastecerse. Esto es posible si se programa y organiza correctamente la siembra escalonada de diferentes hortalizas a lo largo del año. En el caso de poner cajones de un metro cuadrado, con 8 cajones tendríamos el mismo rendimiento que en un huerto de 50 metros cuadrados. Puede empezar probando con lechugas que es el cultivo más sencillo. Utilizando distintas variedades de colores las puede convertir en un elemento decorativo de su jardín. Eso sí, no se olvide de volver a sembrar en cuanto el hueco se quede vacío para así poder disponer de hortalizas de forma contínua. También es necesario practicar la rotación de cultivos para evitar plagas y enfermedades que se transmiten por la tierra. Además es conveniente hacerlo para no acabar con los nutrientes del suelo.
Ubicación
Decidir la ubicación de un huerto pequeño depende de algunos factores como:
- Que reciba, como mínimo, unas 6 horas de sol al día.
- No colocarlo debajo o muy cerca de árboles porque recibiría sombra y además las raíces invadirían su espacio.
- Verificar que no sea una zona con desnivel en donde pueda acumularse el agua de lluvia y encharcarse.
- La tierra sea limpia y no contaminada o bien quitar la tierra y añadir tierra comprada en viveros.
- Que sea una zona cómoda cercana y agradable para poder pasar muchas horas a gusto.
Planteles o semillas
- Algunos cultivos como los tomates, pimientos, berenjenas, repollos, etc. tardan bastante tiempo en crecer. Es conveniente adquirir ejemplares jóvenes para trasplantar.
- Otros como las lechugas, espinacas, maíz, rabanitos, achicoria, guisantes, habas, judías, se dan mejor sembrando semillas.
- Las semillas que obtenga de sus propios cultivos lávelas y séquelas bien y guárdelas en un lugar seco y frío.
No olvides utilizarlas en las próximas siembras porque la tasa de germinación disminuye conforme pasa el tiempo.
Riego
En cuanto al riego en un huerto pequeño puedes decidir si hacerlo con regadera o implantar un sistema de riego por goteo o exudación. Eso dependerá del tiempo que puedas dedicarle a tu huerto y la disponibilidad de agua que dispongas para regarlo. Ten en cuenta que si el espacio para que se desarrollen las raíces es pequeño, deberás regar con mayor frecuencia. Si te decides por el riego automático, deberás ajustar el tiempo y la frecuencia de riego acorde con la estación del año y el clima que se presente. Una vez instalado un sistema de riego programado puedes marcharte tranquilo. Si te vas de vacaciones tus plantas tendrán sus necesidades básicas cubiertas al menos por un par de semanas.
Espero que después de haber leído este artículo te animes a comenzar una nueva forma de vida y alimentación. Si decides cultivar un huerto ya sea pequeño o grande -ésto es sólo una anécdota- lo importante es que experimentes la satisfacción que te aportará cultivar y cosechar tus propios alimentos.