Un humilde visitante temporal: el zarcero común

Por Alvalufer

El entorno más cercano de Huelva capital, uno de los pocos lugares a los que tengo acceso cuando estoy en casa, no defrauda prácticamente nunca, aunque hablemos de asomarme a un descampado pegado a autovías o un campo de girasoles ubicado nada más salir de la ciudad. Por estas zonas agrícolas sin atractivo paisajístico ni aparente valor para el común de los mortales he visto meloncillos, cernícalos primilla, un mochuelo que siempre está en el mismo sitio, aguilucho cenizo y otras interesantes especies. Ayer el paseo fue de quince minutos solo,y bueno, quizás sea la  vez que menos he visto, pero vi un zarcero común y se me apetece hablar de esa especie.

Es curioso, casi nadie repara en este pequeño paseriforme verde. La gente sabe decir “mira un jilguero, un gorrión, una cigüeña”…pero el zarcero entra dentro del grupo de “mira un pajarillo pequeño”, colectivo en el que entran muchas pequeñas aves que para el ojo poco adiestrado no pasan de eso. Y otra reflexión que me vino a la mente, en el entorno del cementerio de Huelva hay árboles y arbustos llenos de vida. Aparte de una gran colonia de gorrión común ayer divisé en los quince metros adyacentes  a donde vi al zarcero un mirlo común, tres verdecilos, una curruca cabecinegra, varias tórtolas turcas y un jilguero. La verdad es que es una zona muy verde y fresca, algo de agradecer viendo el calor que hace.

Pero bueno, que me voy por los cerros de Úbeda con tanta reflexión. El zarcero común, ave fácilmente confundible en algunos contextos con el mosquitero y otros zarceros, es otro de nuestros visitantes primaverales y veraniegos, como el abejaruco o los vencejos, aunque sin mucha fama. Pasa el invierno en el África subsahariana y luego acude al norte de África y suroeste europeo para criar. No está en peligro de extinción, es un ave común, aunque no por ello despreciable, como yo siempre digo. Forman parte de la familia Acrocephalidae, junto a los carriceros, siendo una familia  muy representada en Asia y con especies en África y como puede observarse también en Europa.

Otro aspecto interesante de esta ave es el canto, que como ya indica su nombre científico- Hippolais polyglotta- puede ser difícil de acertar ya que imita a otras especies. Vive en zonas arboladas pero no bosques espesos sino zonas con matorral y agua cerca. Es básicamente insectívoro pero no descarta bayas, al igual que hay aves granívoras que no descartan insectos en época de cría si es un recurso abundante.

No siempre hay que hablar de especies bandera, ni relatar grandes hazañas con el fin de ver el lince o el urogallo, igual se puede disfrutar viendo un zarcero e imaginando sus viajes por África llenos de aventuras. Cuando no se puede ir a zonas de oro para el naturalista el disfrute de tu entorno más cercano puede deparar sorpresas o cuanto menos entretenimientos dignos. Os escribo esto mientras oigo vencejos, aviones comunes y golondrinas comunes detrás de mi cabeza, y más alto en el aire oigo también abejarucos, Esto en Huelva capital.