Un joven demanda a sus padres para obtener más dinero, además de la letra del automóvil

Publicado el 05 mayo 2011 por Alejandropumarino

Según informó el diario «Sur», un magistrado del Juzgado de Familia número 5 de la ciudad ha dado el plazo de un mes a un joven de 25 años que ni estudia –a su edad sólo ha aprobado tres asignaturas de Derecho– ni trabaja –aunque tiene conocimientos y experiencias bursátiles, apuntó el juez– para que abandone el hogar familiar. La decisión del juez vino motivada por la sorprendente actitud del joven: previamente, había denunciado a sus padres porque éstos se negaban a darle una paga de 400 euros mensuales, aunque le mantenían e incluso le pagaban la letra del coche –235 euros al mes–. Sumida toda la familia en un grave conflicto –los progenitores alegaron que el chico les maltrataba psicológicamente–, el juez, además de decretar la salida de casa, ha estimado que los padres le abonen una pensión de 200 euros mensuales durante dos años.

En línea con lo que señalábamos ayer, la situación creada por los hijos en casa de sus padres empieza a ocasionar problemas que llegan a precisar la vía judicial para verse resueltos. Este muchacho, que disponía de automóvil porque sus padres pagaban la letra correspondiente al vehículo, entendía insuficiente la cantidad mensual de dinero recibida y los denunció para obtener más medios. Increíble. Uno se detiene a pensar qué hubiese sucedido en el caso de que el Magistrado hubiese optado por dar la razón al joven de veinticinco años, determinando así que los padres sufrieran estrecheces para que el chico pudiese circular en vehículo propio. Llegamos de nuevo a la cultura del esfuerzo: Este joven ve normal disponer de coche, sin haberse dado cuenta nunca de que eso, es un lujo que solo familias económicamente pudientes se permiten. El hecho de cada vez sea más la gente que accede a ello, no implica que sea un derecho generalizado en la sociedad, y eso es algo fácilmente comprensible, entendiendo lo que significa sacrificarse para obtener algo. El protagonista de esta historia con veinticinco años, aprobó tres asignaturas de Derecho, pero cree tenerlo a disponer de su propio automóvil, algo verdaderamente inexplicable, pues si la misión de un estudiante es estudiar, no ha demostrado llevar a cabo su trabajo a la vista de los resultados que arrojaron las pruebas de evaluación, para este caso, los exámenes.

No le va a ser fácil la vida a este chico. Se preguntará, pasados unos años, porqué el jefe va de vacaciones al Caribe y él no, y lo demandará para que le aumente el sueldo de modo y manera que también acceda a lo que parece ser un derecho adquirido. Increíble, pero cierto.