Tras un miércoles de ausencia en Málaga, me propuse recuperar el tiempo perdido poniéndome al día con las películas de la Sección Oficial, viendo cuatro trabajos de dicha sección de las cinco en total que pude visionar durante todo el día. Aún así, también tuve tiempo para asistir por la mañana al photocall de la película ‘Stockholm’, que ya vería más tarde. Y ya que estamos con estos chicos, hablaré un poco de mi percepción de este trabajo.
Compitiendo en Sección Oficial, esta cinta, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, se divide en dos partes claramente diferenciadas: la noche en la que chico trata de conquistar a chica; y la mañana siguiente, en la que surgen los problemas. Mi conclusión es que para que hubiese sido una gran película, el nivel tendría que haber estado todo el tiempo a la altura de la segunda parte, pues, a mi entender, es infinitamente superior a la primera. Tanto a nivel de la trama, como de los diálogos, e incluso en los aspectos estéticos e interpretativos. Esto no significa que debiera faltar toda la trama inicial, sino que con otro planteamiento quizá hubiese logrado un trabajo impecable; además, es excesivamente larga esa primera parte, ocupando casi toda la película habiendo desvelado al principio los datos que más interés tienen, por lo que la prolongación no tiene mucho sentido, al menos de esa forma. La chica, interpretada por Aura Garrido, es un personaje lleno de belleza, misterioso e inaccesible, aunque poco a poco va desvelando detalles que ayudarán a darle un sentido a sus acciones; Javier Pereira contribuye con su parte de chico simpático e incansable que lo da todo por estar con ella. Lo más positivo es que se ha conseguido una película que se diferencia, con identidad, y que además, se ha realizado con un presupuesto muy bajo y partiendo de medios propios, que le da un valor añadido.
Dos veteranos de nuestro cine encabezan el reparto de ’15 años y un día’, aunque ninguno de ellos protagoniza la película. Maribel Verdú y Tito Valverde están correctos, aunque no sobresalen, quizá el actor esté un poco mejor. Quien carga con el peso de la cinta es el jovencísimo Aron Piper (en la realidad tiene 1 año más que la edad reflejada en el título del filme). Participando también en la Sección Oficial, esta película consigue transmitir buenas vibraciones contando una historia con varias vertientes: relaciones familiares, amores que no se atreven y enfrentamiento al mundo de un adolescente con una fuerte personalidad. Un chico de catorce años es expulsado del colegio unos meses y su madre, que ve cómo no es capaz de controlar sus acciones, decide mandarlo un tiempo con su abuelo, con quien piensa que puede aprender a ser más disciplinado. Allí conocerá a nuevos chicos y se pondrá a prueba a sí mismo y a quienes le rodean. Este drama edulcorado es correcto en su factura, entretiene y mantiene al espectador atento al desarrollo de la narración. No creo que sea la película del año (ni del mes), pero tampoco me arrepiento de haberla visto.
Nuevamente en la Sección Oficial, me acerqué a la sala principal del Cine Albéniz a ver ‘Inevitable’, una película que, contando con la presencia del grandísimo Federico Luppi, parecía inevitable que fuera a gustarme. Y así fue, una historia de vidas entrecruzadas, donde la crisis aparece, pero no sólo la económica, sobre todo la personal, que consiguió incluso emocionarme un poco (y no es fácil). Darío Grandinetti realiza un magnífico trabajo encarnando a un personaje que, pese a tener una apariencia de seguridad y estabilidad, va mostrando sus debilidades a medida que se desarrolla la historia. Este gerente de área de un banco tiene una vida sin oscilaciones, con un buen trabajo y una mujer psicóloga a la cual no parece mostrar pasión; la corriente le va arrastrando a vivir lo que se supone que tiene que ser su vida. Un día, un compañero de trabajo al que conocía desde hacía 20 años pero que sin embargo desconocía por completo, muere de un infarto al ser despedido. Esto le hace replantearse su vida y tomar decisiones que no habrían tenido cabida en su vida rutinaria. Paralelamente, en la introducción de la película asistimos a una escena de una época pasada, a priori intrascendental, pero que veremos que se desarrolla a medida que avanza la narración. El conjunto es un cruce de vidas que desata avaricia, amores, pasiones y obsesiones; una película elegante y con unos créditos finales en los que se ven las escenas de lo que nunca llegó a ocurrir, un detalle precioso que denota la categoría del realizador.
Las dos últimas películas del día fueron dos comedias de las que voy a hablar a continuación. La primera, fuera de concurso en Sección Oficial, ‘Todas las mujeres’ y la última del día, ‘Sólo para dos’, proyectada dentro de la sección Málaga Premiere. Son dos polos opuestos; así como la primera es una lección de clase magistral de cómo hacer una grandísima comedia con muy pocos medios, la segunda es un claro ejemplo de lo que debería estar prohibido hacer en cine; no sé cómo se puede convencer a alguien para que aporte dinero para realizar semejante subproducto que, más que risa, provoca vergüenza ajena.
Finalmente, el día no podía acabar de peor manera, el filme ‘Sólo para dos’. Una película que denomino comedia porque da la impresión de que quiere tratar de hacer reír, aunque los métodos que utiliza son toscos y tienen poco gusto. Tratan al espectador como si tuviera menos de 5 años, y si fuera una película dirigida a ese público, no estaría mal, pero resulta que su público se supone que es adulto. Es un perfecto manual de cómo tirar el dinero de una producción cinematográfica sacándole el menor provecho intelectual posible. No quiero nombrar ni a los actores (esto supone una mancha en su currículum) ni al director, culpable en mayor proporción de este despropósito. La historia habla de un matrimonio que posee un hotel en una playa paradisíaca al que acuden sólo parejas, y al llegar una serie de clientes, se dan situaciones de infidelidades y cruces de sentimientos. Los actores sobreactúan desde el minuto 1, el humor que se emplea es facilón, la música tampoco ayuda y el guión no podía estar más trillado. Espero sinceramente que el viernes comience el día mejor de lo que acabó el jueves.