Mag nos propone "contrastes" como reclamo para un nuevo relato, sin concretar nada más.Así que dejé volar mi imaginación y busqué varios contrastes que he hilado en mi texto de hoy.
¡Espero que te guste!
“Qué contrastes” – pensaba Purita mientras apuraba su spritz maravillándose ante las preciosas casas de colores de Burano. Llevaba allí solo tres semanas (salió volando, literalmente de su despacho de Londres en cuanto cumplió 65 y pudo tramitar su ansiada jubilación) pero ya sabía que allí seguiría, lo que le quedara por vivir.
Purita había sido tan responsable, que nunca había tomado decisiones más que con la razón. Su corazón había permanecido silencioso cuando estudió Comercio Internacional por “sugerencia” de su padre. Además, siempre fue una mujer práctica: decidió no tener descendencia para poder dedicarse 24/7 a su carrera – y a la vista está que terminó en la planta 37 de la Heron Tower, ella…nacida en un pequeño pueblo extremeño. Dejó los temas espirituales a un lado y vivió entregada a los negocios hasta hacía tan pocos días…
- Cameriere, un altro Spritz, per favore! – le dijo al atento empleado que pasaba cerca de su mesa.
“¡Qué leches” – pensaba también. Desde que cumplió cuarenta, su alimentación había sido espartana y sus analíticas, impecables. Igual soltar un poco la mano ahora no le vendría mal. Había vivido una vida plana, gris, cuadriculada.
Se daba cuenta ahora, de la belleza que hay en la imperfección, en todo lo que fluye, en la diversidad, en los contrastes.
Mientras divagaba todo esto, un atractivo caballero con perilla gris la observaba con cierto brillo en los ojos, desde la mesa de enfrente. Cuando sus ojos coincidieron con los de él, este levantó su copa, como brindando en la distancia.
“¿Será tarde?” – Se preguntó entonces. “¡Al diablo!”. Decidió pasar a la acción, y dejarse de pensamientos.
Como siempre, te dejo por aquí el post donde las personas participantes han ido dejando sus enlaces.