Un libro, una rosa, dos sonrisas (II)

Publicado el 23 abril 2010 por Pabloperezarmenteros

Casi sin hacer ruido ha llegado, otra vez, el 23 de abril. La vida en el extranjero viste todo de una extraña rareza pasajera. El tiempo no corre, vuela. Y los días, los meses parece que se escapan de nuestras manos. Velocidades diferentes a las que encuentras en el calor de tu tierra natal, donde, parece, que hay tiempo para todo. Los que viven o han vivido fuera del país en el que han crecido, sabrán de lo que hablo. Hace un año que viví mi primer Sant Jordi como cuentan por Cataluña. Y no solo es vivirlo, es sentirlo, es esperarlo y es celebrarlo.

Cuenta la leyenda que en Montblanc vivía un dragón. Era terrible, un auténtico infierno que no dejaba vivir a los pueblos ni al ganado. El nerviosismo se apoderó del fantástico monstruo…el hambre era excesiva, brutal y le consumía la tranquilidad, así que destrozaba todo a su paso. El pueblo, para apaciguarlo, concluyó que lo mejor era ofrecerle un sacrificio en forma de paisano cada dia. Eso si, se haría por sorteo. Un día como otro cualquiera el sorteo se celebró y le tocó a la mismísima princesa. A pesar de los miles de ofrecimientos que llegaron a Palacio con el objetivo de cambiarle el fatal puesto, la princesa se negó a aceptar y partió sin demora hacia su final. Pero su destino era otro… Un galán a lomos de su caballo cabalgó hasta rescatarla clavándo su espada en el pecho del dragón. De aquella herida mortal, y salvadora a la vez, brotó la sangre de la cual nació un rosal de flores rojas. El caballero era San Jorge y hoy se conmemora su día. Un libro por la leyenda y una rosa por la sangre del dragón.

La gesta de san Jorge y el dragón se hizo popular en toda Europa hacia el siglo IX bajo el nombre de “Leyenda áurea” y fue recogida por el arzobispo de Génova, Iacopo da Varazze, más conocido como Iacobus de Voragine, en 1264, en el libro ‘Legenda sanctorum’. En esta versión, sin embargo, la acción transcurría en Libia.

La que os presento aqui es la versión catalana, para conmemorar mi segundo Sant Jordi.  Un día que empiezo regalándo una rosa y recibiendo un libro y una sonrisa.  Sonrisa que me acompañará hasta el próximo Sant Jordi.

FELIZ SANT JORDI A TODOS