Título: La soledad de los números primos
Editorial SALAMANDRA (2009)
Encuadernación: Tapa blanda
288 páginasCapítulo 47, pág 279
Bueno, yo ya he estado aquí antes, sentado en el suelo de esta habitación tan tan gris, en la que permanezco todo el día. No como, pero juego con esta comida tan gris. Desolado, si hay alguien que reza por mi, entonces puede que no me derrumbe. Desolado, incluso aunque intente gritar, no podría hacerlo tan fuerte como quisiera. Vuelvo a estar sólo otra vez, y vuelvo lentamente a casa, sólo, arrastrándome de nuevo, pendiente del teléfono. Si, bueno, ya he estado aquí antes, sentado en el suelo, con mi ánimo tan gris. Me quedo despierto toda la noche y todo lo que puedo escribir, es esta gris melodía. Así que reza por mi niño, sólo durante un momento, que puede que estalle. Reza por mi niño, o quizás una sonrisa por ahora sea suficiente. Porque vuelvo a estar sólo otra vez, y vuelvo lentamente a casa, sólo, arrastrándome de nuevo, pendiente del teléfono. ¿Puedo contar contigo para que seas quien me abra las puertas?¿Puedo contar contigo para que seas mi montaña de arena?¿Puedo contar contigo para cruzar el puente cuando haya tormenta?¿Puedo contar aún contigo para mantenerme caliente? ¿Y si esprimo mi parra y me bebo mi propio vino?, porque yo esprimo mi parra y me bebo mi vino. Sí, porque nada está perdido, sólo está congelado en el congelador. Y es hora de volver a abrir, aunque no haya nadie esperando en la puerta. Porque todavía estoy aquí para sostenerte la puerta. Todavía estoy aquí para hacer tu montaña de arena. Todavía estoy aquí para ayudarte a cruzar el puente bajo la tormenta. Todavía me tienes para mantenerte caliente. Más caliente que caliente, más caliente que caliente.