Un mal Kharma

Publicado el 08 abril 2014 por Salva Colecha @salcofa

Dicen que si en una vida has sido malvado, en la siguiente te reencarnarás en algo para que aprendas la lección y así poder progresar.

Eso, en principio, me parece injusto porque pagar por cosas que no he hecho, personalmente, no me gusta. Aunque, pensándolo bien, las hice pero no me acuerdo así es que no. No vale. Tendré que quejarme al Príncipe Siddhartha (alias Buda).

Al parecer la nueva vida no es un castigo en el que pagamos nuestras culpas sino un “repetir curso” para aprender. El caso es que, simplificando mucho, si en una vida has sido un personaje nefasto te vas a reencarnar en un ser inferior (hasta que aprendas la lección) y si has sido “mu güeno” pues pasas a un nivel superior, supongo que algo como aquello de “pasar de pantalla” en los videojuegos de a cinco duros aquellos de antes, y así hasta llegar a fundirte con la divinidad, el último escalón. La ley del Kharma te enseña a perdonar y a ver más allá de la apariencia de la persona ya que es una fachada transitoria. El que es padre después puede ser hijo, el rico pobre…

Ahora cerrad los ojos e imaginaros en que se merecerían reencarnar los que nos han metido en “la crisis interminable” (las risotadas se podrían oír desde el monte Everest). Los verdaderos antisistemas, los que se empeñan en destruir la democracia tal y como la conocemos. Nos han engañado diciendo que esto es una crisis cuando es claramente un intento de cambio de sistema. Un viaje a vete a saber donde pero lo que parece claro es que el día que lleguemos a puerto viviremos en un mundo nuevo, estaremos en sus manos y habrán quemado las naves para que no podamos volver, al estilo Hernán Cortés.

Con todo eso que nos venden como “reformas estructurales” (ojo, reformar la estructura de la cosa no es arreglar fallos, es cambiarla por otra cosa nueva) nos están metiendo en un mundo que se parecerá al Gran Hermano, no al de telecinco sino al mundo de Orwell en “1984” (Vale, algo retrasadillo pero total, el AVE también se retrasa). Igual que en la novela nos hablan raro, en una neolengua que creemos entender pero que cada día adquiere significados nuevos. Nos llegan imposiciones arbitrarias (aquí recortan y en Alemania aumentan) dictadas por una “voz en off” de vete a saber quién desde muy lejos y nos entretenien con espectáculos sin sentido para que no nos demos cuenta. El caso es que ya le han dado la vuelta a todo como un calcetín, con nuestro consentimiento. Y lo que es más gracioso, según el CIS, estamos felices con que nos crujan a cambio de nada. Igual es que creemos que nuestro Karma nos obliga a padecer todas estas calamidades al por mayor. En otra vida debimos haber sido muy malos para merecer este trago.

Aunque siempre podemos consolarnos con la que les va a caer a los que se empeñan en amargarnos la existencia, vete tú a saber que van a ser en las próximas mil vidas porque canto rodado de río me parece mucho. Os dejo que voy a preguntar si existe la posibilidad de que un alma se reencarne en “nada” porque  eso es lo que les espera. Ya os lo cuento.