A la vuelta de mi excursión a Guijuelo, que ya he comentado, me paré al mediodía en Ávila (pop. 59.258). Ávila es una de las capitales de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, situada a poco más de 100 kilómetros de Madrid. El camino más directo y rápido es por el Túnel de Guadarrama y el conjunto de autopistas de peaje de la zona (10,30 Euros por trayecto). Una alternativa, que ya he comentado en otra ocasión, es por El Escorial y el Puerto de la Cruz Verde, un camino mucho más pintoresco, pero también más lento.
Recinto amurallado de la ciudad de Ávila, desde el
Mirador de la carretera de Madrid.
(JMBigas, Agosto 2014)
Ávila, especialmente por el conjunto se sus Murallas, posiblemente el conjunto de ese estilo mejor conservado del mundo, está en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1985.
Ávila es una ciudad muy turística. Pero sospecho que su proximidad con Madrid (como le sucede, por cierto, a Segovia o Toledo) provoca que la gran mayoría de visitantes de la ciudad lo hace en el marco de excursiones en el día, y no genera pernoctaciones en la ciudad. Seguramente esta es una signatura pendiente, y las autoridades con responsabilidad en la promoción del turismo en Ávila seguro que están trabajando para remediar los efectos negativos de este hecho.
Como yo viajaba en coche, había analizado cuál era la mejor aproximación posible al centro histórico de la ciudad. Aunque seguramente no sea la opción más económica, elegí dejar el coche en el parking subterráneo bajo la Plaza de Santa Teresa, llamada coloquialmente el Grande. Esta plaza, presidida por un monumento a la Santa, es bastante grande y se ubica junto a la Puerta del Alcázar, en la parte exterior de la Muralla.
Plaza de Santa Teresa, el Grande.
(JMBigas, Agosto 2014)
Llegué en torno a la una y media de la tarde de un día muy caluroso, en que la solanera que caía del cielo invitaba a buscar la sombra siempre que fuera posible.
Mi buen amigo A., que frecuenta esta ciudad con regularidad, me había recomendado varios establecimientos para un almuerzo castellano de buena relación calidad-precio. Dos de ellos, sin duda de bastante nivel, están ubicados más a las afueras, y no me convenían tanto como el Mesón del Rastro, en la Plaza del Rastro, intramuros junto a la Muralla y la Puerta llamada del Rastro o de la Estrella.
Accedí al casco histórico por la Puerta del Alcázar y, un poco hacia la derecha, bordeé la Catedral de Cristo Salvador de Ávila. La Catedral está bastante encajonada entre callejuelas estrechas, y sólo frente a su fachada principal, donde están las conocidas estatuas de leones yacentes, hay una plaza de un cierto tamaño que permite una correcta visibilidad del edificio.
Puerta del Alcázar, junto a la Plaza de Santa Teresa.
(JMBigas, Agosto 2014)
Paseando por las calles peatonales (o casi) del casco histórico, repletas de comercios y establecimientos de restauración (bares, restaurantes, casas de comidas,...) acabé llegando a la recoleta Plaza del Rastro. En el rincón sombreado de la plazoleta está el Mesón del Rastro, restaurante y también hotel con un pequeño número de habitaciones.
Comí allí muy a gusto (un jueves laborable de finales de Agosto, la concurrencia era limitada). Unas croquetitas variadas (de jamón, boletus,...) y un solomillo de la famosa ternera de Ávila, sonrosado y delicioso. Acompañado por una botella de vino rosado fresquito (el calor lo aconsejaba), un Viña Picota de la D.O. Cigales (provincia de Valladolid). Completado con una copa de helado de vainilla y un café, más una botella de agua mineral, la factura subió al entorno de los 50 Euros. Nada barato, pero razonable dado el empaque del establecimiento, un servicio muy correcto y atento, y una materia prima de la máxima calidad. En resumen, una Casa de Comidas recomendable (de 8 sobre 10), para el que prefiera comer sentado y servido, en lugar de tomar pinchos variados de pie por los diversos establecimientos que lo ofrecen por todo el casco histórico. Buena calidad, sin lujos.
Al terminar el almuerzo, el calor en el exterior (cuatro de la tarde), era bastante abrumador. Cruzando la puerta de la Muralla se llega al Parque del Rastro, una zona arbolada con algunos bancos, un Monumento a la Lengua Castellana, y un Mirador con buenas vistas sobre la ciudad extramuros. Un banco a la sombra fue el escenario de alguna cabezadita durante la digestión del almuerzo.
Fachada principal de la Catedral de Ávila.
(JMBigas, Agosto 2014)
De vuelta intramuros, subí por la calle Caballeros hasta la Plaza del Mercado Chico, donde está el edificio del Ayuntamiento de Ávila, aparte de muchas terracitas donde tomar un café a gusto, o lo que sea. Alrededor de la plaza hay un continuo de soportales, que protegen al peatón de la lluvia y del frío que allí reina en los días más rigurosos del invierno. Y es que la ciudad de Ávila se encuentra a más de 1100 metros de altitud y disfruta por completo de un clima continental.
Desde allí, y paseando, por la sombra siempre que era posible, volví hacia la Puerta del Alcázar. Junto a ella hice una breve parada en una tienda de regalos culturales, Caricias de Santa Teresa, que me pareció diferente de la tradicional tienda añeja de souvenirs.
Plaza del Rastro. En el rincón, el Mesón del Rastro.
(JMBigas, Agosto 2014)
La Muralla de Ávila, que rodea por completo el casco histórico de la ciudad, tiene una longitud total de 2.516 metros, y tiene 87 torreones y nueve puertas. Por una pequeña entrada (5 Euros) es posible recorrer a pie el camino sobre muralla por una buena parte de la misma. Según parece, con vistas muy interesantes. Sin embargo, en esa tarde de jueves caluroso de finales de Agosto, esa podía ser una actividad de riesgo, ya que todo el camino que se puede recorrer discurre a pleno Sol. Lo dejé para una mejor ocasión.
Recogí el coche en el parking de Santa Teresa. La cuenta fue de algo más de 6 Euros por casi cuatro horas de estancia. Antes de abandonar Ávila quería parar en un Mirador de la ciudad que había visto en el camino de llegada. Tras algunas idas y venidas, lo localicé. Se encuentra en la carrretera de Madrid (N-501), en las coordenadas N 40,659989 O 4,711301. Es punto de parada obligada de los autobuses que desplazan visitantes a Ávila. Mientras estuve allí, llegó uno de ellos, holandés, cargado de turistas, en general, de edad avanzada.
Ayuntamiento de Ávila, desde los soportales de la
Plaza del Mercado Chico.
(JMBigas, Agosto 2014)
Desde el Mirador se tiene una visión privilegiada del conjunto amurallado de la ciudad, y la fotografía desde allí es una de las obligaciones de cualquier visitante a Ávila.
Puse luego ya camino de vuelta a Madrid, y acabé llegando a mi casa en torno a las siete y media de la tarde. En conjunto, un día muy bien aprovechado.
Desde mi punto de vista, cualquier visitante que esté unos días en Madrid, debería, necesariamente, realizar una visita, aunque fuera relativamente breve, a las ciudades de Ávila, Segovia y Toledo, todas ellas a una distancia del entorno de los 100 kilómetros desde la capital.
Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este artículo, podéis acceder a una completa colección de 32 imágenes, pinchando en la siguiente foto.
Ávila
Además, he elaborado un breve vídeo, con las mejores imágenes.
JMBA