La película nos sitúa a comienzos del siglo pasado, durante el estallido de las teorías sobre el psicoanálisis iniciadas por Sigmund Freud. Uno de sus colegas y admiradores, Carl Jung, acepta tratar a una paciente con problemas psicológicos, Spielrein. Durante el tratamiento de ésta, Jung entablará una relación con Freud durante la que conversarán sobre la paciente y sus diferentes visiones acerca del campo de la "medicina" en el que trabajan. Por otro lado, Jung se verá atraído por la personalidad de Spielrein y acabará cayendo en una relación amorosa con su paciente.
Por otro lado está el trabajo de los actores. Como sucede en todo film del director canadiense, están todos maravillosos. Fassbender demuestra una vez más su presencia hipnótica ante las cámaras y que su talento ha sido descubierto a tiempo para regalarnos un año excepcional. De Viggo Mortensen, colaborador habitual de Cronenberg, poco se puede decir sobre sus enormes dotes para la interpretación, que quedan de nuevo plasmadas en un Freud algo cómico que despacha a sus invitados con unas frases muy ingeniosas. Desde luego, un secundario de lujo. Quién también se sale a la hora de dar vida a un personaje difícil, lleno de tormento y, a la vez, muy racional, es Keira Knightley. Su interpretación es una seria competencia para Meryl Streep en los Óscar, pués pocas mujeres han dado vida a un personaje tan enloquecido como ésta Sabina Spielrein de Keira Knightley.