Al abordar la historia de esta tierra, nos encontramos a mediados del pasado siglo con los secuestros de la “Agrupación Picos de Europa”, cuyos guerrilleros más famosos fueron Juan Fernández, “Juanín”, y Francisco Bedoya, que operaron, sobre todo, en la zona vecina de la Vega de Liébana. Aunque ya lo conocía, por las referencias que muchos de mis entrevistados hacen del caso que ahora comentaré, mi editor me remite varios pasajes del primer número de la “Colección de Historia de la Montaña Palentina”, en uno de cuyos capítulos Angel Casas Carnicero refiere la historia de los “maquis” y otros sucesos que tuvieron lugar después de la Guerra Civil en estas zonas que el autor califica como “tierra de nadie”. Esto se entiende por un espacio que no dominaba ninguno de los dos bandos. El citado autor explica cómo fueron evacuados a Potes los escasos habitantes de Piedrasluengas y cómo mueren cinco personas, tres de la misma familia, sin formación de causa. La muerte también del hijo del secretario de los Redondos y la huída de Rafael, un vecino de Areños que formaba parte del Ayuntamiento del Frente Popular y que al ser advertido de que un grupo de falangistas iban a coger prisioneros a los rojos de Areños, simulando llevar a pastar una ternera que tenía en la cuadra, logró pasar el cerco y llegar a Potes. Todos estos temas que comento y amplio en la revisión de la historia que preparo estos días, desembocan en los secuestros que tienen una gran repercusión en esta zona a mediados del pasado siglo. Hay que aclarar que la mencionada Agrupación se divide en varios grupos, uno de los cuales operó en nuestra provincia. Entre sus miembros se encontraban Roiz, Gildo, Campillo, Quintiliano y “Pin, el Asturiano”, los dos últimos formaron a su vez parte de la Brigada Pasionaria que pasó por los Redondos en Marzo de 1946. Entre los secuestros se cita también el del hijo de “Cuca”, conocido contratista de madera de Celada de Roblecedo. A finales de los años cuarenta secuestran a Benito González Tejerina y unos años más tarde a su hermano José, ambos propietarios de la fábrica de harinas de San Salvador. Luis García Gutiérrez, cabo de la Guardia Civil de la localidad por entonces, explica cómo fueron a buscar a Benito, primero a casa y luego a la Venta Campa. A su hermano José, le secuestraron unos años después y pidieron como rescate un millón de pesetas. Un gabinete de abogados de Barcelona me remite el auto de procesamiento, que apunta a Juanín como implicado. Roiz y Campillo fueron descubiertos tras realizar un secuestro en Valmaseda por el que recibieron millón y medio de pesetas y cuyos billetes estaban controlados. La Pernía fue el escenario también de un secuestro que acabó en tragedia. El indiano Benigno Ferreiro, que había nacido en Vivero (Lugo) y emigró a Cuba donde hizo fortuna, fue el albacea enviado por una familia de allí a cobrar una herencia a Reinosa. En la localidad cántabra le secuestraron y describieron a sus acompañantes el lugar de Piedrasluengas para llevar el dinero del rescate que acabó en tragedia. Para saber más: "Cervera, Polentinos, Pernia y Castillería, de Froilán de Lózar, Editorial Aruz, 2ª Edicción, Julio de 2009 Imagen y datos relacionados: Juanín y Bedoya, los últimos guerilleros De la sección "La madeja"
Al abordar la historia de esta tierra, nos encontramos a mediados del pasado siglo con los secuestros de la “Agrupación Picos de Europa”, cuyos guerrilleros más famosos fueron Juan Fernández, “Juanín”, y Francisco Bedoya, que operaron, sobre todo, en la zona vecina de la Vega de Liébana. Aunque ya lo conocía, por las referencias que muchos de mis entrevistados hacen del caso que ahora comentaré, mi editor me remite varios pasajes del primer número de la “Colección de Historia de la Montaña Palentina”, en uno de cuyos capítulos Angel Casas Carnicero refiere la historia de los “maquis” y otros sucesos que tuvieron lugar después de la Guerra Civil en estas zonas que el autor califica como “tierra de nadie”. Esto se entiende por un espacio que no dominaba ninguno de los dos bandos. El citado autor explica cómo fueron evacuados a Potes los escasos habitantes de Piedrasluengas y cómo mueren cinco personas, tres de la misma familia, sin formación de causa. La muerte también del hijo del secretario de los Redondos y la huída de Rafael, un vecino de Areños que formaba parte del Ayuntamiento del Frente Popular y que al ser advertido de que un grupo de falangistas iban a coger prisioneros a los rojos de Areños, simulando llevar a pastar una ternera que tenía en la cuadra, logró pasar el cerco y llegar a Potes. Todos estos temas que comento y amplio en la revisión de la historia que preparo estos días, desembocan en los secuestros que tienen una gran repercusión en esta zona a mediados del pasado siglo. Hay que aclarar que la mencionada Agrupación se divide en varios grupos, uno de los cuales operó en nuestra provincia. Entre sus miembros se encontraban Roiz, Gildo, Campillo, Quintiliano y “Pin, el Asturiano”, los dos últimos formaron a su vez parte de la Brigada Pasionaria que pasó por los Redondos en Marzo de 1946. Entre los secuestros se cita también el del hijo de “Cuca”, conocido contratista de madera de Celada de Roblecedo. A finales de los años cuarenta secuestran a Benito González Tejerina y unos años más tarde a su hermano José, ambos propietarios de la fábrica de harinas de San Salvador. Luis García Gutiérrez, cabo de la Guardia Civil de la localidad por entonces, explica cómo fueron a buscar a Benito, primero a casa y luego a la Venta Campa. A su hermano José, le secuestraron unos años después y pidieron como rescate un millón de pesetas. Un gabinete de abogados de Barcelona me remite el auto de procesamiento, que apunta a Juanín como implicado. Roiz y Campillo fueron descubiertos tras realizar un secuestro en Valmaseda por el que recibieron millón y medio de pesetas y cuyos billetes estaban controlados. La Pernía fue el escenario también de un secuestro que acabó en tragedia. El indiano Benigno Ferreiro, que había nacido en Vivero (Lugo) y emigró a Cuba donde hizo fortuna, fue el albacea enviado por una familia de allí a cobrar una herencia a Reinosa. En la localidad cántabra le secuestraron y describieron a sus acompañantes el lugar de Piedrasluengas para llevar el dinero del rescate que acabó en tragedia. Para saber más: "Cervera, Polentinos, Pernia y Castillería, de Froilán de Lózar, Editorial Aruz, 2ª Edicción, Julio de 2009 Imagen y datos relacionados: Juanín y Bedoya, los últimos guerilleros De la sección "La madeja"