Un monstruo horroroso

Publicado el 16 marzo 2014 por 123a

Il.Reyes Frigard


En mi casa vive un monstruo horroroso. Tiene una enorme boca redonda, suelta muchas babas y tiene ojos con muchas luces que me asustan cuando entro en la cocina.Mi papá dice que el monstruo horroroso vive en la cocina porque se alimenta de la suciedad de la ropa, y que en realidad no es tan malo si le alimentas una o dos veces al día. Por eso guardamos su comida en un cesto y cuando le damos de comer se pone muy contento, da muchas vueltas a la boca y a veces parece que se pone a bailar y saltar. Su comida favorita son los calcetines, le gustan tanto que siempre se traga alguno y no lo devuelve. Los calcetines que más le gustan al monstruo horroroso son los de rayas, pues todos los que tengo han perdido a su pareja y andan sueltos por casa.Esta semana el monstruo horroroso ha empezado a hacer cosas extrañas. Creo que es muy travieso y le gusta jugar.EL LUNES se convirtió en artista y jugó a cambiar los colores de la ropa en su enorme boca. La blusa blanca favorita de mamá, ahora es de color rosa.
EL MIERCOLES debía tener mucha hambre, porque comenzó a darle mordiscos a la ropa. Desde entonces al jersey de papa le faltan dos botones y sus calzoncillos de corazones tienen un agujero en el trasero.EL VIERNES jugó a ser matemático, y cuando sacamos mi ropa de su bocaza había encogido dos tallas. Así que, la muñeca de mi hermana ha renovado todo su vestuario.Papá estaba cansado y el sábadollamó al Doctor de Monstruos. Allí mismo, en la cocina, el médico le operó. Nunca había visto un monstruo por dentro, pensaba que estaban llenos de agujeros negros y babas; pero mi monstruo está repleto de tuercas y muchos cables. El médico ha dicho que está malito de tanto comer, que tiene CAL y que por eso no hace bien la digestión. Le ha recetado dos pastillas verdes para cuando coma ropa blanca y una roja para cuando devore la ropa de color.

Il.Reyes Frigard

Tras unos días, mi monstruo es el mismo. Cuando le damos de comer, vuelve a masticar dando vueltas a la boca y, a veces, se pone a bailar y saltar. El monstruo horroroso ya no me da miedo, ahora lo trato con más cariño, no quiero que vuelva a enfermar. Y para que esté alegre, cuando mis padres no miran, le doy de comer calcetines a rayas que son los que más les gustan.

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