Brasil sufre un problema energético, pero esta no es la solución. Ahora se disponen a inciar la construcción del Santo Grial de todos estos lobbistas de megaestructuras, la presa de Belo Monte en el río Xingú, una obra de dimensiones colosales que solo tiene cabida en la mente de estos avariciosos a quienes les importa un rábano la destrucción que provoquen, en primer lugar a los pueblos indígenas de la zona como son los kayapó, arara, juruna, araweté, xikrin, asurini y parakanã; y en segundo lugar al mundo entero con una grave herida al pulmón de la tierra que es la amazonía.
La llegada de personas ajenas a la selva amazónica contagiará enfermedades a los nativos y muy probablemente generará un ambiente de violencia; invadirán las tierras de sus ancestros y les arrebatarán la paz con la que han vivido durante generaciones. La inundación de 500 kilómetros cuadrados de selva, superficie semejante a las 54.252 hectáreas del Parque Nacional de Doñana, desplazaría a unos 50.000 indígenas y campesinos que viven en las inmediaciones del río Xingú y en el municipio de Altamira, donde será construido el embalse.
La presión internacional ha dilatado el inicio de las obras, tanto así que el anterior presidente Lula, no pudo hacer nada, pero ahora la nueva presidenta busca la gloria y se dispone a dar el zarpazo con esta inversión de 8000 millones de euros. No es energía limpia, contribuye al cambio climático y provoca gravísimos daños socioambientales, existen otras alternativas. No es una historia basada en la película Avatar, es algo que está sucediendo ahora. Mira el vídeo de sólo un minuto y únete con tu firma a la presión que se está ejerciendo en el mundo entero para que esta obra no llegue a realizarse.