Un museo microgigante en un pequeño pueblo alicantino, Guadalest
Por @asturiasvalenci Marian Ramos
@asturiasvalenci
Cuentan que Guadalest es el pueblo de España que más museos tiene por habitante. Puede ser interesante iniciar este pequeño recorrido por el Museo Microgigante.Guadalest o Castillo de Guadalest, como algunos suelen llamarlo, es un pequeño y
coqueto pueblo de la serranía de Alicante. Elevado sobre peñascos y protegido por la sierra montañosa de Aitana, excepto hacia el este desde donde se divisa el Mediterráneo, es una villa turística, cultural e históricaSolamente llegar hasta él merece la pena. Claro, si disfrutas conduciendo y si tienes tiempo suficiente para ello. Acceder desde el pueblo de Alcoy te puede suponer más de media hora de recorrido pausado donde las curvas muy cerradas te van a dejar ver un paisaje rocoso muy atractivo.Después de aparcar el vehículo en la explanada que hay al lado de la carretera podemos acudir a la Oficina de Información y Turismo para que nos facilite horarios de los ocho museos que se pueden visitar aquí. Después de entregarnos un plano callejero nos recomiendan iniciar el recorrido por la calle más próxima al parking.Nada más entrar, en una pequeña plaza, nos vamos a encontrar con la primera atracción turística de este pueblo: el Museo Microgigante.La verdad es llama bastante la atención que entre la inmensa naturaleza que nos ofrece Guadalest y que veremos en otra ocasión, exista tal concentración de museos. Y además, con la particularidad de que la mayoría resultan tener fama internacionalYa nos podemos suponer que sus 250 habitantes se dedican al turismo: algunos centrados en sus museos, otros ofreciendo una exquisita gastronomía y la gran mayoría decorando sus calles de arquitectura árabe, con numerosas tiendas de artesanía. Bien es cierto que hay muchas personas que tan solo el hecho de acudir a un museo les produce rechazo por la sensación de aburrimiento al visitarlo. Y cuando una actividad como ésta se queda grabada en el recuerdo es porque el museo ha sabido atraparte, distraerte y sobre todo, enseñarte…¿Entramos al Museo Microgigante? Este espacio no resulta muy grande. Y la verdad, te asustas un poco cuando la persona que hay en taquilla te dice que puedes visitarlo en menos de diez minutos. Con esta predisposición entras un poco a la expectativa. Pero en realidad la visita puede durar todo lo que tus ganas por observar, contemplar, fotografiar o imaginar te abstraigan de la realidad exterior.Yo estuve prácticamente una hora viéndolo.Este Museo Microgigante tiene dos temas muy diferenciados.Por una parte se hallan los expositores de miniaturas que las podremos ver a través de microscopios y de lupas de aumento. Tengo que decir que, a las dos miniaturas más bonitas del museo, me fue imposible hacerles fotografía ya que solo se pueden observar a través de un microscopio.El otro tema del museo son las esculturas gigantes que decoran toda la sala. Ésta tiene doble altura y una de sus mitades es diáfana para que podamos observar desde la planta baja todo el simbolismo que su escultor quiso dar a la obra.Vamos a ver primero la escultura gigante en su totalidad.Desde el suelo de la planta baja podemos observar que arranca una escultura de gran tamaño que simboliza la creación de la vida desde un corazón que se transforma en árbol. Las ramas surgen desde la columna vertebral simbolizando la creación de la naturaleza. Se elevan y tapizan con formas tridimensionales el techo y las paredes.Surgen otros animales desde el tronco de la vida como el león y la leona que simbolizan los reyes de la naturaleza. Hay también un toro, un elefante y una cabra montesa. Ascendemos por una bonita escalera de caracol, nunca mejor dicho porque en su exterior está representada una gran caracola de mar gigante. Subimos al primer piso… ¿hay un segundo? La escalera sigue. Pues subamos…Y esto es lo que nos encontramos por ser curiosos… ¿A qué te gusta?Las paredes están tapizadas de las ramas que surgen desde el tronco del árbol. Aquí podemos ver la figura de una mujer, que está injertada a una flor, amamantando a un insecto.Hay varios hombres unidos a peces y caracoles que parecen reptar por las paredes. Pero quizás, lo más hermoso es el gran espejo que se halla en la superficie de la gran escultura y que refleja las numerosas figuras que hay en el techo y al enorme caballo que se halla apoyado con dos patas. Ya hemos recorrido el museo gigante. Volvemos a la planta baja para ver el museo de miniaturas. El Kremlin sobre un fósil. Hormiga tocando el violín. Retrato del escultor tallado en un grano de arena. Aldea construida sobre la superficie de un hueso.Desnudo floral. Pulgas vestidas jugando al fútbol.
Amantes dentro de una flor.
El cuadro del Entierro del Conde Orgaz pintado en un grano de arroz.
...Y así, muchas miniaturas más...
La curiosidad del hombre es infinita. Y tú, ¿hasta dónde quieres llegar? Ribera Girona.