La sesión de ayer estuvo más animada, como era de esperar, pues ya se entró en debate directo entre el señor Rajoy y el resto de representantes de los grupos políticos que tomaron la palabra. Y he de decir que, una vez más, Mariano Rajoy ganó en la contienda, aunque perdiera la votación. Y es que los contrincantes estuvieron bastante flojitos. Pedro Sánchez, el primero que tomó la palabra en nombre del PSOE, lució un moreno de vacaciones caras, no del moreno de estar en el tajo, porque trabajar ha trabajado poco estos meses; y parece que quiere provocar unas terceras elecciones, ¡para seguir de vacaciones!, porque otra explicación no encuentro a su actitud. Poco más se puede decir del líder socialista. Albert Rivera estuvo en su papel, una posición fácil, con un discurso también fácil pero bien elaborado, porque es verdad que el Presidente de Ciudadanos es un buen orador. Un discurso que por momentos me sonó a electoralista, pensando ya en diciembre. Algo que ha estado en el ambiente de forma permanente. Y Pablo Iglesias estuvo en su línea; cabreado y enfadado. Parece que el líder de Podemos no se ha dado cuenta de que esas actitudes le perjudicaron en las pasadas elecciones y lo seguirán haciendo en el futuro, pues la gente no se fía de tipos así. Imagino que tras lo de ayer habrá más gente cabreada, por la inacción de la clase política, pero de eso ya hablaremos en otra ocasión. Hoy nos quedamos con el no a Rajoy, un no muy peligroso para España.
La sesión de ayer estuvo más animada, como era de esperar, pues ya se entró en debate directo entre el señor Rajoy y el resto de representantes de los grupos políticos que tomaron la palabra. Y he de decir que, una vez más, Mariano Rajoy ganó en la contienda, aunque perdiera la votación. Y es que los contrincantes estuvieron bastante flojitos. Pedro Sánchez, el primero que tomó la palabra en nombre del PSOE, lució un moreno de vacaciones caras, no del moreno de estar en el tajo, porque trabajar ha trabajado poco estos meses; y parece que quiere provocar unas terceras elecciones, ¡para seguir de vacaciones!, porque otra explicación no encuentro a su actitud. Poco más se puede decir del líder socialista. Albert Rivera estuvo en su papel, una posición fácil, con un discurso también fácil pero bien elaborado, porque es verdad que el Presidente de Ciudadanos es un buen orador. Un discurso que por momentos me sonó a electoralista, pensando ya en diciembre. Algo que ha estado en el ambiente de forma permanente. Y Pablo Iglesias estuvo en su línea; cabreado y enfadado. Parece que el líder de Podemos no se ha dado cuenta de que esas actitudes le perjudicaron en las pasadas elecciones y lo seguirán haciendo en el futuro, pues la gente no se fía de tipos así. Imagino que tras lo de ayer habrá más gente cabreada, por la inacción de la clase política, pero de eso ya hablaremos en otra ocasión. Hoy nos quedamos con el no a Rajoy, un no muy peligroso para España.