Un nuevo 25 de noviembre

Publicado el 25 noviembre 2011 por Teremolla

De nuevo, ante el 25 de noviembre,  surgen los recordatorios sobre la necesidad de sensibilizar en materia de prevención contra la violencia machista. Surgen los manifiestos, las convocatorias de manifestaciones en cada provincia, los actos institucionales de recuerdos a las víctimas, …Están muy bien todas estas iniciativas y son necesarias, incluso me atrevería a decir que son necesarias muchas más. Pero lo son todos y cada uno de los días del año, puesto que todos los días millones de mujeres son maltratadas a lo largo y ancho de este mundo.

Es cierto que el estado español fue pionero en legislar en esta materia con la aprobación de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Pero no es menos cierto el revuelo que dicha ley armó entre los sectores que debían aplicarla y hacerla cumplir.

Prácticamente desde el principio se apostó por la formación de colectivos que de una manera u otra estuvieran implicados en este tema: cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, judicatura, colegios de abogados, personal docente, etc… Se sucedieron los congresos, ponencias, fórums, …para redoblar esfuerzos en la aplicación de la ley y en el desmantelamiento de las reservas que esta había suscitado entre algunos sectores de la sociedad.

Pero el patriarcado tiene muchas caras y es fácilmente camuflable. Por eso una y otra vez hace trampas y con estrategias envolventes y de distracción del origen de las mismas, sigue actuando.

Tenemos algunos jueces e incluso juezas que son expertos en darle la vuelta a la propia ley e interpretarla como les viene en gana, sin tener en cuenta su espíritu de protección a las víctima.

Tenemos a una horda de neomachistas que mezclado temas son capaces de darle la vuelta a la ley en beneficio propio sin el menor sonrojo.

Quienes hacemos formación en esta materia, nos encontramos con que en demasiadas ocasiones la motivación del alumnado no es otra que la de “obtener puntos para futuras oposiciones” sin que el contenido de las materias cale en sus vidas.

También han aparecido quienes con lo de las falsas denuncias por parte de las mujeres intentan cambiar el polo de atención y de ese modo volver a criminalizar a las mujeres y victimizar a los hombres, aunque estos y los neomachistas van de la mano.

Tenemos a quienes desde siempre han callado y no se han posicionado públicamente ante este tipo de terrorismo y que, además desde los confesionarios siguen alentando a las mujeres víctimas a “perdonar y continuar dentro del sagrado vínculo matrimonial hasta que la muerte (seguramente de ella a manos de su agresor) les separe”.

Y todo esto sin contar con que la forma en que nos socializamos mujeres y hombres ya en sí misma es desigual y, por tanto discriminatoria.

Si tenemos en cuenta que, según gente experta en la materia, sólo se denuncian el diez por cien de las agresiones, entenderemos la gravedad del problema, y no voy a entrar en números.

Pero si voy a entrar en que el nuevo gobierno que salga de las urnas ha de ser responsable con sus propios postulados sobre las víctimas del terrorismo y actuar en consecuencia, dotando a las mujeres víctimas de este tipo de terrorismo de los medios necesarios para su supervivencia y su protección.

Además, si situamos el problema desde la triple vertiente de: sensibilización prevención y protección de las víctimas, ha de exigirse un mayor impulso en todos los ámbitos y no quedarse únicamente con las concentraciones a la puerta de las instituciones locales cada vez que una mujer es asesinada en nuestro municipio o, a veces, ni eso.

La violencia contra las mujeres, como es bien sabido, es el mayor exponente de la desigualdad entre mujeres y hombres y sólo avanzando por la senda de la igualdad real podremos tener esperanzar de erradicarla.  Pero para que esa utopía llegue a ser una realidad, necesitamos ser conscientes del problema y tomar todo tipo de medidas para atajarlo.

Esperemos que el nuevo gobierno que saldrá después de las recientes elecciones generales sea consciente de la gravedad del problema en todos los ámbitos y actúe de forma diferente a cómo lo han hecho y lo hacen algunos dirigentes de su mismo partido que, estando al frente de instituciones públicas, se limitan a campañas informativas al respecto y a tener un centro de atención 24 horas en las cabeceras de provincia y poco más.

Confiemos en que la mayoría de la ciudadanía del estado español no se ha equivocado votando al partido popular y que este será sensible a la situación de miles de mujeres que cada día han de convivir con su maltratador, por muchos factores diferentes, pero que son las que se llevan los insultos, los palos, las vejaciones llegando incluso a la muerte.

En la reciente campaña electoral nadie que yo sepa (al menos en público) a excepción de la candidata número dos de IU por Valencia, Tere Nieto, se acordó de las que no pueden votar porque las han matado. Ningún partido político reivindicó la ausencia de sus voces. Cuando ETA asesinaba, todo el mundo se acordaba de la víctima que no podía ejercer su derecho al voto. ¿Por qué nadie que yo sepa, a excepción de Tere Nieto en el acto de fin de campaña en su pueblo, Benetusser, se acordó de esas más de cincuenta voces ausentes por haber sido asesinadas?.

Soy optimista y creo que con cada acción que re realiza para sensibilizar y prevenir, algo queda siempre y desde mi espacio integral de mujer comprometida en la lucha contra esta lacra, creo que después de cada curso impartido, de cada charla, de cada denuncia pública, de cada manifestación alguna cosa queda y vamos lentamente, ganando conciencias y creando un estado de opinión que castiga este terrorismo que se ejerce cotidianamente contra las mujeres.

Y todo ello pese a los de faldas largas y negras, los neomachistas, los machistas, los sexistas y todos aquellos que pretenden poner palos en las ruedas del avance social para la eliminación de este terrorismo machista que se ha llevado la vida de más de sesenta mujeres en lo que llevamos de año.

Ben cordialment,

Teresa