”ítica es el abandono del tratamiento. Se impone a los equipos, que no pueden más, las reglas de manejo de una empresa, y se les impide hacer su trabajo -lo que constituye una forma de someter el «, de, otra vez, los hermanos Álvarez Quintero, es disculpable que, ante tan insistente presencia, haya escapado alguna actuación a los compiladores. En cambio, la misma base de datos sí recoge en su filmografía una participación en la serie de 1983, original de Ana Diosdado y dirigida por Pedro Masó, “Anillos de Oro”, en su episodio tercero, el titulado “A corazón abierto” en el que, sin embargo, no aparece, sino que quien tiene una minúscula intervención es su hijo Fernando.
De las intervenciones de Fernando Delgado en el primer lustro de vida de Televisión Española, apenas podemos dar cuenta. Nos consta que, efectivamente, se iniciaron en 1957, pero no tenemos constancia de en qué trabajo vivo», o dicho de otro modo, lo más vital del trabajo-, reduciendo lo más posible su verdadera función, y cuestionando la psiquiatría centrada en el sujeto. La elección de los poderes sucesivos es entonces gerencial y financiera. Esto es, desde ya, la apertura de una vía rápida para una concepción de la “psiquiatría como negocio”, de la cual el señor Cléry-Melin es uno de los felices sostenedores. Cléry-Melin es propietario de seis clínicas reservadas a esos franceses que “pueden pagar por su salud”, como él dice, o sea los más ricos. Existen entonces lo que el psiquiatra Pierre Bailly-Salin -una de las figuras del desalienismo- llama ”dos psiquiatrías: una para los nobles, y la otra para los innobles”.