Revista Opinión

Un nuevo orden mundial liberal: el equilibrio internacional (II)

Publicado el 12 diciembre 2020 por Liberal

Desde los tiempos más lejanos que yo recuerde, siempre se me criticó (determinados personajes y perfiles sociales) de ser “intervencionista”. Todavía recuerdo como, por ejemplo, en el año 2003 los estudiantes arremetieron contra mí y me acusaron de apoyar la guerra de Irak. Sí, efectivamente, yo APOYÉ la guerra de Irak y SIGO APOYANDO aquella intervención. Jamás he cambiado mi postura ni pediré perdón por la guerra de Irak. Una pandillita de ignorantes no va a determinar cómo contemplo el mundo. Lo cierto es esto: después de la calamidad conocida como la IIª Guerra Mundial, EEUU aprendió una lección importante con la que había luchado desde su fundación: la SEGURIDAD doméstica no se puede aislar de las circunstancias en el mundo. Al revés, se aprendió la lección de que, si no se está pendiente, agresores en tierras lejanas algún día amenazarían la seguridad doméstica de la nación.

EEUU, a partir de 1945, decidió de una vez por todas jugar un papel decisivo en la política mundial. En parte, eso tuvo mucho que ver con la historia protestante e inglesa de EEUU. Los protestantes y muy concretamente los pueblos anglosajones, siempre se han visto como la excepción en el mundo, porque en gran medida lo han sido. En Europa, Inglaterra es el país más “inusual” para el resto de europeos, al igual que en las Américas, hay mucho más parecido entre Argentina, Cuba, México, culturalmente hablando (y no sólo por el idioma) que entre EEUU y el “resto”. De ahí aquella famosa frase en inglés “the West and the rest”, “occidente y el resto” (porque durante muchos años el mundo occidental realmente era el mundo de habla inglesa y algunos aliados como quizá Francia y la Alemania occidental. Lo siento si esto te ofende, pero es así).

En consecuencia, EEUU utilizó el orden liberal naciente para construir una comunidad internacional equilibrada, entendiendo que la seguridad y la prosperidad de OTROS PAÍSES ayudaría a formar un clima mundial en el que los intereses americanos puedan llegar a máximos niveles de desarrollo. Esta visión fue implementada mediante el establecimiento de alianzas globales para hacerle frente a las amenazas locales (particularmente en Europa, donde la amenaza rusa y antes o ahora incluso, ALEMANA, siempre ha sido un problema). EEUU también construyó instituciones económicas internacionales para asistir con el desarrollo de la economía global, así como el avance de valores liberales democráticos que, os guste o no, son por lo general ahora incuestionables en cualquier democracia occidental.

Desde un punto de vista progresista liberal, el problema radica en que si estados como Rusia, China, Irán e incluso EEUU siguen violando los principios normativos del derecho internacional que prohíben el “uso de la fuerza” contra la integridad territorial o la independencia política de otro estado, entonces el orden de seguridad que tanto defendemos como liberales pronto puede regresar a la época en la cual cada estado usaba su poder individual como le daba la gana para defender sus intereses egoístas y tendremos un mundo mucho más volátil.

Hay dos argumentos sobre qué alcance debe tener la política liberal internacional: participación limitada o presencia global fuerte. Trataré los dos argumentos.

El argumento central para una retirada de EEUU, aunque mantenga su poderío, se debe a que EEUU está limitado en lo que puede hacer en un ámbito internacional mucho más complicado que antes. Los que apoyan esta retirada, yo la llamo aislacionismo, dicen que EEUU debe elegir muy cuidadosamente cómo y cuando intervenir, si es que interviene. Una retirada de EEUU contribuiria a que otros estados no se vean tan obligados a crear armas de destrucción masiva. Estos aislacionistas también utilizan los ejemplos de Irak y Libia para demostrar que las intervenciones militares liberales conducen a resultados contraproducentes y anti liberales.

Estos argumentos se encuentran tanto en la derecha extrema aislacionista (los paleocons y nacionalistas pro Trump) así como en la “izquierda” populista. Dicen que EEUU solo debe intervenir si los aliados no pueden hacerle frente a un poder hegemónico enemigo, especialmente en Europa, el noreste de Asia y el Golfo pérsico. Sin embargo, hay consecuencias muy serias si esta actitud llega a desarrollarse…más que cualquier riesgo que pueda tener un sobrealcance militar global. Si EEUU reduce su presencia militar en el mundo, sería muchísimo más difícil mantener los compromisos actuales sobre la seguridad pero, también y peor aún, podría envalentonar a los estados enemigos de los intereses globales del liberalismo.

Como afirmaba el famoso profesor de política internacional en Princeton, Robert Gilpin, “la reducción de presencia militar, por su propia naturaleza, demuestra que hay debilidad relativa y que estamos ante un poder en decadencia”. La reducción de personal militar puede tener un efecto que deteriore las alianzas liberales estratégicas. Los rivales se ven tentados a provocar y a menudo precipitan un conflicto en el proceso de “acercamiento” a nuestros amigos. Los aliados podrían entonces verse obligados (o atraídos) a otros modelos si hay inestabilidad regional y entonces modelos sociales neo-autoritarios podrían surgir como alternativas. Si EEUU NO lidera el orden global que asegure la estabilidad, se corre el riesgo de crear vacíos de poder que otras fuerzas, fuerzas de poderes indeseables, llenarían felizmente y no para nuestro bien, no.

Además de todo esto, es FALSO que las ideas liberales y sus valores son cosa del pasado. El atractivo liberal sigue siendo algo a lo que aspirar y mucho más popular de lo que los críticos piensan. Es cierto que en los últimos 5 años, el mundo ha estado en recesión democrática, pero eso no significa un cambio histórico hacia otros modelos. Es verdad que tenemos dificultades y tenemos que resolverlas con una suficiente inversión de recursos y esfuerzos por parte de USA y sus aliados liberales. El poder tiene que ser percibido como legítimo si pretende mantener un orden global.

No puedo extenderme más hoy, porque debo atender otros asuntos. ¿Conclusión? EEUU debe establecer un nuevo orden mundial de seguridad, en concreto, un “Concierto de democracias” (no, no es una idea nueva) para poder sostener, profundizar y avanzar el orden internacional democrático liberal. De eso tratará mi próxima entrada.


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