Su crianza ha sido de 6 meses en barricas nuevas de roble francés y 1 año en botella, donde la vendimia para este vino se realizó de manera manual de viñedos viejos y ha tenido una maceración pelicular durante 4-5 horas a 10 ºC. y ha sido prensado en atmósfera inerte y desfangado estático a 10 ºC; lo cual es un proceso de elaboración del vino muy interesante y el resultado no puede ser mejor.
De hecho he tenido el placer de catarlo y disfrutarlo, y tengo que decir que es un vino que no deja indiferente, ni siquiera por su precio de 11,50 €.
Para la elaboración de este vino, Bodegas Protos ha sabido aprovechar una de las características de la uva verdejo: su buena capacidad para aguantar la crianza en barrica y desarrollar nuevos aromas. Y es que un vino como éste va a evolucionar favorablemente con el tiempo y va a ganar nuevos registros aromáticos. Es necesario confiar nuestro sentido del paladar a la paciencia y esperar a que el verdejo despierte todos sus encantos y se muestre en su plenitud durante ese año que permanecerá en la botella.
La característica de este Verdejo son sus tonos amarillos pajizos, verdosos y brillante. La crianza en barrica le da complejidad, aroma de ahumados, especiados, finos tostados junto a notas de fruta blanca y de hueso; notas cítricas y anisadas, fruta exótica y notas típicas verde-vegetal de esta variedad.
En boca, su sabor es amplio, vivo, untuoso y graso, con cierta estructura y dotado de frescura gracias a su acidez. Notaremos los repuntes de fruta y herbáceos, así como el especiado (vainilla). Su final es amargo, característica del verdejo. El postgusto es largo y agradable.
Este vino es apto para tomar con una gran variedad de comidas, desde pasta con carne y quesos fuertes como el parmesano (espaguetis a la carbonara, lasaña de carne), verduras gratinadas hasta asados, guisos con carnes de ternera, pollo, pavo y conejo pasando por todo tipo de pescados al horno o con salsas. Su maridaje también es perfecto con los moluscos y crustáceos como almejas, berberechos, cigalas, pulpo o vieiras.
Yo la primera vez que lo disfruté fue con Foie reposado en un pan brioche, ruibarbo y crema de membrillo y vainilla y te puedo asegurara que eran una pareja perfecta.
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