Revista Cultura y Ocio

Un oscuro prefacio. La Masonería y la cáscara vacía: Del pastor Anderson a Spike Lee, de Hiram Abif a Malcolm X

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
Un oscuro prefacio. La Masonería y la cáscara vacía: Del pastor Anderson a Spike Lee, de Hiram Abif a Malcolm X
"La bisagra que rechina es la que consigue el aceite"."Si no tienes críticas, probablemente no tendrás éxito"."No hay algo mejor que la adversidad. Cada derrota, cada angustia, cada pérdida, contiene su semilla, su propia lección en la forma de cómo mejorar el proceder la próxima vez".Malcolm X
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Los siguientes textos pertenecen al prólogo de un artículo titulado "Los masones a la hoguera: La corona, la sotana y el resucitado martillo de las brujas bajo la capa de los Lores". Son piezas breves que abordan el tema del dogma y la evolución cultural y de las ideas. Son como pequeños dardos entre los cuales se filtra la ironía. Me pareció que valía la pena rescatarlos.
Cuenta Osvaldo Bayer que en cierta oportunidad viajó para dar una conferencia en la ciudad de Rauch, provincia de Buenos Aires. El coronel prusiano Federico Rauch había sido contratado por el gobierno argentino en el siglo XIX para combatir el avance de los indios en el interior de la provincia. Relatan algunos informes oficiales que el militar pasaba a degüello a los salvajes para ahorrar balas.Un día, al frente de su tropa y un poco alejado de esta, el coronel es sorprendido por su enemigo el cacique Arbolito que de inmediato toma venganza degollándolo.Para Bayer, este hecho constituye un acto de justicia y sugiere, en plena conferencia, cambiar el nombre del pueblo, pasándolo a llamar Arbolito. Buena parte de la concurrencia se levantó y se fue. Al volver a Buenos Aires, Bayer fue encarcelado por orden de algún oscuro funcionario del ministerio del interior.
Un hermano sostiene que la Masonería debiera actualizarse y propone suplantar al siempre difuso personaje de Hiram Abif por Malcolm X, al fin y al cabo, me dice, Obama es presidente de Estados Unidos y los anglosajones ahora reconocen a la Masonería de Prince Hall.La leyenda tampoco cambia en esencia porque el pastor Malcolm X (1925-1965) fue traicionado y asesinado por sus propios hermanos de la Nación del Islam y persiste el cóctel de religión, política y poder, con Templos de trasfondo.Solo cambia el guionista: del pastor Anderson (seleccionado por Desaguliers para crear una crónica adaptada a la nueva entidad creada en 1717) a Spike Lee.Algunas de las célebres frases de Malcolm X le son aplicables hoy al pastor Anderson como si fueran landmarks: "Los medios de comunicación son la entidad más poderosa sobre la tierra (...) Porque controlan las mentes de las masas (...) Esa es la prensa que transforma las apariencias (...)".Dijo Sábato en una entrevista, citando al Eclesiastés: "Nada hay de nuevo bajo el sol". Se refería a los celos, la envidia y otras pasiones humanas, y aunque la Masonería no es una religión y supuestamente no adhiere a dogmatismos, siempre la ronda ese otro oscuro personaje llamado Dios, metiendo su dedo en la llaga, a lo cual responde nuevamente Malcolm X: "Yo creo en una religión que cree en la libertad. Cada vez que tengo que aceptar una religión que no me deja libertad para luchar por mi pueblo, yo digo al diablo con esa religión". "Estoy a favor de la verdad, no importa quién la dice. Estoy a favor de la justicia, no importa para quién es a favor o en contra". O, "Nadie puede darle la libertad. Nadie puede darle la igualdad o la justicia, ni nada. Si usted es un hombre, las toma".
Recuerdo el prólogo que Harlan Ellison escribió en 1967 sobre el texto de Samuel Delany (1942), titulado "Por siempre y Gomorra". Lo recuerdo porque se olvidó de decir que Delany es negro y homosexual. La historia es excelente, y se refiere al cambio y/o la uniformidad y la adaptación.La narración cuenta las andanzas de una élite de astronautas (mujeres y hombres indistintamente, ya no importa) que han sido modificados genéticamente y se les ha privado de su sexo y de toda sensación inherente al mismo. En pocas páginas quedan plasmados el mesianismo del grupo y la conciencia del estatus que les pertenece como clase y su contracara, la soledad y angustia que trae aparejada la situación y, por otro lado, la pasión, la ironía y la crueldad de aquellos simples mortales que los desean y los usan, pero con desprecio.Dijo Delaney al ser entrevistado sobre este cuento: "(...) ¿Qué pueden hacer entre ellos? A riesgo de traicionarme, déjenme decirles que esta es básicamente una historia de horror. No hay nada que puedan hacer".El doctor de "Ojos bien cerrados" de Kubrick no puede hacer nada, y el protagonista de "El castillo de Kafka" tampoco puede hacer nada. Malcolm X lo pagó con su vida, de acuerdo con sus convicciones, y Robert Duval, en su interpretación de El apóstol, encontró el justo desequilibrio.

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