La Españapacata se muestra intolerante con la transgresora y ésta con aquella mientras ambas mantienen intactas las estructuras económicas, culturales, políticas y sociales que les permiten esa convivencia en el conflicto. Se necesitan una a la otra para reforzar sus respectivas posiciones y evidenciar ante propios y extraños sus niveles de arraigo entre las tendencias de la colectividad. No conseguimos superar este estadio de la intolerancia y la gratuita provocación que han hecho de la vida moderna un espacio propenso a considerar los sentimientos individuales más importantes que el bien común. Seguimos considerando, con esa “sensibilidad” pacata que nos caracteriza, más provocadores e intolerables un coño o una virgen que las desigualdades, las injusticias o la pobreza que existen en nuestra sociedad. Somos así de mojigatos.
La Españapacata se muestra intolerante con la transgresora y ésta con aquella mientras ambas mantienen intactas las estructuras económicas, culturales, políticas y sociales que les permiten esa convivencia en el conflicto. Se necesitan una a la otra para reforzar sus respectivas posiciones y evidenciar ante propios y extraños sus niveles de arraigo entre las tendencias de la colectividad. No conseguimos superar este estadio de la intolerancia y la gratuita provocación que han hecho de la vida moderna un espacio propenso a considerar los sentimientos individuales más importantes que el bien común. Seguimos considerando, con esa “sensibilidad” pacata que nos caracteriza, más provocadores e intolerables un coño o una virgen que las desigualdades, las injusticias o la pobreza que existen en nuestra sociedad. Somos así de mojigatos.