Esta vez ha tocado el turno a dos vinos completamente distintos, que me han mostrado dos caras diferentes del Priorat, una que no me acaba de convencer, y otra que me ha gustado mucho.
- Lamare 2000 (Tinto con crianza; Cariñena, Syrah, Cabernet Sauvignon; Mas Martinet): Rojo rubí brillante precioso, con ribetes ribetes rubí ya algo atejados. Aromas muy intensos y agradables, con pimentón, pimienta, casis, ciertos recuerdos de hidrocarburos y pizarra. Su paso por boca es muy intenso, con una mineralidad franca, lleno. El final es bastante largo y de nuevo muy mineral.
- Clos Petó 2007 (Tinto con crianza, 70% Cabernet Sauvignon y 30% Garnacha; Clos Dominic): muy bonito color cereza ce capa media, con ribetes violáceos y granates. Aromas muy agradables y de buena intensidad, con frutas rojas, especias, ahumados, pizarra húmeda y tenues notas de acetona. En boca es franco, suave, frutal, con buena acidez y tanino presente pero pulido, y leve mineralidad final.
Lamare es un buen vino, pero esa mineralidad tan intensa no acabo de encajarla. Clos Petó me gustó mucho. Muy frutal, con su carga mineral muy bien integrada, muy pulido y redondo. Un vino para repetir sin duda.