Además, gracias al blog, he conocido a personas maravillosas que ya considero amigas y lugares fantásticos que posiblemente no habría descubierto en otras circunstancias.
Uno de estos lugares es el Hotel Spa Niwa, un paraíso que se encuentra en Brihuega (un pueblo de Guadalajara a unos 90 minutos de Madrid) y en el que la palabra estrés no tiene cabida.
Día 1
A nuestra llegada, Estefanía nos dio la bienvenida y, tras un almuerzo riquísimo con fruta y zumo de naranja recién exprimido, nos enseñó las instalaciones y nos indicó cuáles eran nuestras habitaciones.
Al entrar en la habitación, descubrí que el almuerzo no era la única sorpresa que nos tenían preparada, ya que nos habían dejado un bote de miel de Lavanda de La Alcarria, un saquito también con lavanda, fruta y un lirio que perfumaba la estancia con su aroma como regalos de bienvenida.
Tras dejar la maleta, dimos un breve paseo por el pueblo y comimos en uno de sus restaurantes.
A la vuelta a Niwa, nos esperaba un spa enterito para nosotras con piscina cimatizada, chorros de agua, sauna, baño turco,... y después el primer masaje.
Este hotel es especialista en masajes orientales y todas sus masajistas son filipinas así que, siguiendo varias recomendaciones, escogí el Hilot, un masaje filipino utilizado en la medicina tradicional oriental que data del siglo V.
Con este masaje se consigue equilibrar la energía y eliminar las toxinas de nuestro cuerpo además de mejorar la circulación mediante acupresión en los pies y un masaje en el que la terapeuta identifica las áreas en las que hay un desequilibrio energético.
Durante el masaje se emplea aceite de coco virgen y hojas de plátano para relajar los músculos y nutrir el profundidad la piel.
Tras un desayuno de lo más completo para coger energía, disfrutamos de una clase de Pilates y es que Niwa no es sólo relajación, también podéis hacer algún deporte ya que dispone de clases de Yoga, Pilates, Zumba y cuenta con un gimnasio muy completo en sus instalaciones.
Debo confesar que nunca ante había practicado Pilates pero me enganchó desde el primer momento y pienso seguir haciendo este deporte que tantos beneficiones tiene para nuestro cuerpo.
Tras recuperarnos de la clase, tocaba visita turística por Brihuega, considera la "pequeña Provenza" por sus campos de Lavanda.
Es una pena que por esta época del año ya se haya recogido y no pudieramos admirar ese paisaje aunque Brihuega tiene otros encantos como
sus Murallas, Arcos y Puertas medievales, las Iglesias románico-góticas de Santa María de la Peña, San Felipe y San Miguel, las Cuevas Árabes, la Real Fábrica de Paños de Carlos III y sus preciosos jardines, el Castillo de la Peña Bermeja, el Convento de San José y el Museo Mundial de Miniaturas del Profesor Max , la Real Cárcel de Carlos III (hoy sede de la Oficina de Turismo),el Parque de María Cristina, el Convento de las Jerónimas, el Torreón de San Felipe el Parque de María Cristina, el Convento de las Jerónimas o el LavaderoMunicipal y la Fuente de los Doce Caños de la que cuenta la leyenda que toda la que beba de sus 12 caños encontrará novio.
La visita por el pueblo terminó con una deliciosa comida en uno de los restaurantes y después volvimos al hotel.
Tras una sesión de spa, pasamos al tratamiento.
Mi elegido en esta ocasión fue el Bye Bye Celulitis que, tal y como dice el nombre, es un tratamiento de choque ideal para atacar la
celulitis localizada y la retención de líquidos.El tratamiento consta de 3 pasos. Primero se exfolia la piel, después se aplica un gel activo anticelulítico-detox a base de
Cacao, Liporeductyl y Biofilm Molecular Hidratante y se envuelve el cuerpo en una sábana térmica durante 30 minutos.Como veis, el título de este post define a la perfección mi estancia en Niwa, un lugar muy recomendable si queréis desconectar solas, en pareja o con vuestras amiga o simplemente queréis disfrutar de un masaje oriental lejos del bullicio de Madrid.
¿Ya conocíais Niwa? ¿Qué os ha parecido mi escapada?