Y es que el tal Sánchez empezó por hacer desaparecer las vocales de su nombre, para pasar a llamarse “Pdro Snchz”, algo que no ha sido muy efectivo pero que sí ha traído bastante guasa, llenando ríos de tinta, como el artículo que publicó en estas mismas páginas el amigo del Blog Antonio de la Torre en el post “El ‘PS de PDR SNCHZ’ pierde algo más que las vocales”. Luego han venido otras perlas del socialista, que estarán en la mente de muchos de vosotros, pero estos últimos días ya han sido “el acabose”. Empezó el esperpento en su visita a Washington, al perderse al acudir a impartir una conferencia en la Universidad George Mason, a las afueras de la capital estadounidense, debiendo cancelar el acto y con el famoso tweet de su Rector, el español Ángel Cabrera, que dijo que esperaba que Sánchez pudiera dirigir mejor un país que un GPS. Y ayer Pedro Sánchez llegaba 15 minutos tarde a una entrevista en el programa Espejo Público, de Antena 3, con el cachondeo general. Está claro que lo ocurrido no pasa de la anécdota y que le puede ocurrir a cualquiera (lo de perderse, digo), pero me temo que en realidad es una metáfora de lo que le está ocurriendo al PSOE. Un partido sin líder, sin guía, sin cabeza pensante, un partido que se desangra a manos de la izquierda radical, un partido que se ha visto superado por los acontecimientos y que no ha sabido (ni sabe) reaccionar. Un partido perdido, como su líder.
Y es que el tal Sánchez empezó por hacer desaparecer las vocales de su nombre, para pasar a llamarse “Pdro Snchz”, algo que no ha sido muy efectivo pero que sí ha traído bastante guasa, llenando ríos de tinta, como el artículo que publicó en estas mismas páginas el amigo del Blog Antonio de la Torre en el post “El ‘PS de PDR SNCHZ’ pierde algo más que las vocales”. Luego han venido otras perlas del socialista, que estarán en la mente de muchos de vosotros, pero estos últimos días ya han sido “el acabose”. Empezó el esperpento en su visita a Washington, al perderse al acudir a impartir una conferencia en la Universidad George Mason, a las afueras de la capital estadounidense, debiendo cancelar el acto y con el famoso tweet de su Rector, el español Ángel Cabrera, que dijo que esperaba que Sánchez pudiera dirigir mejor un país que un GPS. Y ayer Pedro Sánchez llegaba 15 minutos tarde a una entrevista en el programa Espejo Público, de Antena 3, con el cachondeo general. Está claro que lo ocurrido no pasa de la anécdota y que le puede ocurrir a cualquiera (lo de perderse, digo), pero me temo que en realidad es una metáfora de lo que le está ocurriendo al PSOE. Un partido sin líder, sin guía, sin cabeza pensante, un partido que se desangra a manos de la izquierda radical, un partido que se ha visto superado por los acontecimientos y que no ha sabido (ni sabe) reaccionar. Un partido perdido, como su líder.