Salimos desde Catacocha a las 7 de la mañana dispuestos a disfrutar algo que llevábamos tiempo esperando. Cámara cargada a tope de batería, pan de dulce en la mochila, gorra y lentes de sol por si el calor era justiciero y de una para la vía Macará hasta El Empalme, donde se desvía a la derecha hacia “La Celestial Celica”, la cual y como es su costumbre, nos abraza con su perenne nieva invernal, la cual no dejamos hasta llegar a Pindal, capital maicera del Ecuador, haciendo parada antes en San Juan de Pozul donde un excelso café se nos sirvió en la plaza central, en la cual la niebla espesa no nos dejó disfrutar la bella fachada de su iglesia.
El florecimiento atrasado de este año se comienza a ver un par de kilómetros antes de llegar al centro de la población y la visión nos deja sin palabras, a pesar de que aún falta florecimiento para que sea más espeso, pero nos dio igual, ¡realmente maravillosa la visión!.
Sin lugar a dudas valió la pena las 4 horas de camino hasta llegar a nuestro punto final, dado que la perspectiva visual de ver laderas enormes y cerros llenos del color amarillo intenso del guayacán te transporta a un mundo paralelo.
Fueron más de 300 fotos antes de volver con una experiencia digna de repetir y cuanto antes, queremos volver esta próxima semana para ver todo el piso lleno de las hojas caídas, lo que convierte el lugar en una alfombra amarilla que de seguro es otra de las visiones que se quedan en la retina para siempre.
Os dejo una pequeña selección de las fotos que tomamos durante toda la mañana. Si queréis ver mas fotos de la excursión agregaros a nuestra web de Facebook, pues ahí iremos subiendo mas fotos poquito a poco.