Un paseo por las casas de Pablo Neruda en Chile
Por Pstdeviaje
@PsTdeViaje
Neruda no sólo legó al mundo su magnífica poesía. En la zona central de Chile es posible visitar las 3 maravillosas casas museos que pertenecieron al Nobel.
Es posible que el nombre de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto no diga nada en particular. Sin embargo, el de Pablo Neruda trae a la mente frases como “me gustas cuando callas” y “puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Dicen que los poetas son solitarios y tristes. La vida de Neftalí Reyes, premio Nobel de Literatura chileno (1972), estuvo rodeada de lo que para él, eran sus amores. Y fueron varios. Matilde Urrutia -su tercera mujer-, sus refugiados de la Guerra Civil Española y sus casas, en las que Neruda ponía su alma. Sus mascarones de proa y sus diversas colecciones hablan mucho del poeta. En la zona central de Chile, es posible encontrar 3 casas museos de Neruda. Santiago, Valparaíso e Isla Negra, todas a poca distancia entre sí, reflejan la forma de ser de este gran poeta, coleccionista y amante de la vida.
La Chascona de Neruda – Santiago de Chile
La Chascona, casa del Nobel en Santiago de Chile
Créditos: Pekka Parhi
En 1952 Neruda compra un terreno ubicado en los faldeos del cerro San Cristóbal, en la calle Fernando Márquez de la Plata, en el céntrico barrio Bellavista de la capital chilena, para construir una casa en la que viviría Matilde Urrutia, en esa época su amante, años después, su mujer. En honor a ella y utilizando una palabra de origen quechua, la apodó La Chascona, ya que era uno de los nombres que el Nobel daba a Matilde. La palabra se utiliza principalmente en Chile y Bolivia y significa despeinada. No es hasta 1955 cuando Pablo llega a vivir a esta casa con su amor. La casa, que cuenta con varios niveles y que se mantiene como la vivió el poeta, está repleta de las distintas colecciones que fue atesorando, como bandejas de diferentes tamaños, mesas, biombos, paragüeros, platos, copas e individuales.
La Sebastiana del Nobel– Valparaíso
La Sebastiana, Valparaíso, Chile
Créditos: Nostalgiaportena
Esta casa se ubica en la calle Ferrari del cerro Florida en la bohemia ciudad de Valparaíso. Buscaba, como el mismo Neruda explicó a una amiga, una casa para alejarse del cansancio de Santiago y poder en ella escribir tranquilo. Y lo que encontró, fue una casa de 3 pisos con una vista panorámica que cubre los 360 grados, a la que bautizó como La Sebastiana, en honor a su anterior dueño, el constructor español Sebastián Collado, quien murió antes de terminar la construcción de la casa. Estrecha y llena de interesantes rincones, está repleta de varios de los objetos de la infinita recopilación nerudiana. Entre otras cosas es posible encontrar una colección de platos con globos aerostáticos, muchos mapas, una magnífica sopera italiana con forma de vaca o un cuadro que era también caja de música y reloj. Las paredes de la casa, pintadas en rosados, azules, amarillos, verdes y morados rojizos son iluminadas por los grandes ventanales de La Sebastiana. Durante 18 años, desde la muerte del poeta en 1973 la casa estuvo abandonada y no fue hasta principios de los `90, cuando se inició su restauración, abriéndola al público en 1992.
Casa de Isla Negra de Pablo Neruda
Casa de Neruda en Isla Negra.
Créditos: chilenauta
Está situada en en Camino Vecinal de Isla Negra, en la comuna de El Quisco, en la región de Valparaíso, a escasos 79 kilómetros de La Sebastiana y a 124 de La Chascona. Después de que Neruda llevara a Chile a los casi 2 mil refugiados españoles de la Guerra Civil española -allá por 1939- buscaba una casa frente al mar en la que poder escribir tranquilo en su país. La encontró en una caleta de pescadores, cercana al puerto de San Antonio. Una pequeña casa casi en cimientos en un terreno de más de 5 mil metros tiene la ventaja de unas espectaculares y únicas vistas al Pacífico.
La construcción duró cerca de 30 años, ya que iba creciendo a medida que faltaba sitio para las colecciones de Neruda. De todas sus casas, la de Isla Negra fue su favorita. Fue allí donde se casó con Matilde, en la que pasaron la mayor parte del tiempo que estuvieron en Chile y donde finalmente, descansa el matrimonio Neruda Urrutia. Fue aquí donde Neruda expresó toda su pasión por el mar. Construyó la casa como si de un barco con techos bajos se tratara, con pisos de madera crujientes, y pasillos estrechos.
Coleccionista apasionado, “cosista” como él mismo se definía, cada habitación tiene una colección diferente. En cada rincón de la casa es posible encontrar botellas con miniaturas de barco en su interior, mascarones de proa, mapas y una sorprendente selección de caracolas.
Actualmente las tres casas del poeta chileno han sido transformadas en museos y son administradas por la Fundación Pablo Neruda y es necesario contactar con ellos para poder visitarlas.
© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados