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¿Alguna vez has sentido un impostergable deseo de dejar atrás todo lo que hay en tu vida y huir? Ésta es la pregunta que hay que hacerse para conocer a Emily Coleman, la protagonista de esta enganchadora novela, quien tiene una vida armoniosa y aparentemente perfecta: ha construido una familia de vida apacible, con un matrimonio feliz, un hijo encantador y un hogar que marcha en orden.
Sin embargo, tiene un secreto que no puede dejar atrás. Su pasado parece más vivo que nunca y ahora vuelve para cimbrar su vida. No lo puede remediar, y su única salida parece ser olvidarse de todo, abandonar a su familia en Manchester y comenzar de nuevo en Londres, para que sus fantasmas no la alcancen. Pero, ¿es posible hacer esto?
A medida que avanza la narración, se desata una serie cada vez más intensa de enigmas y misterios, que hacen de ésta una lectura apasionante. Narrada en dos tiempos, nos adentramos en la doble vida de la protagonista, alternando entre su pasado y su presente, y no sólo la acompañamos en su afán por conseguir una nueva vida, sino que nos hace sentir en carne propia las heridas que la han marcado y la manera en que las encara para poder seguir adelante.
FRAGMENTO
"Cuando se terminó el café y Emily aún no había vuelto, volvió al piso de arriba y se arrodilló en el suave tapete color crema para mirar debajo de la cama. Charlie le seguía a todas partes gimoteando, pero Ben le ignoraba. Bien, la maleta grande seguía allí. La sacó y la abrió. La bolsa de viaje de cuero que habían comprado en Marrakech no estaba dentro, donde solían guardarla. "Tiene que estar en algún lugar aquí abajo", se dijo a sí mismo; se tumbó en el suelo y retorciéndose bajo el somier empezó a sacar cosas frenéticamente: un colchón inflable, una maleta con ruedas, una tienda de campaña infantil, una mochila de senderismo, una bolsa de cosas usadas, un calcetín que llevaba tiempo perdido. El polvo se levantó y quedó suspendido en los rayos bajos del sol. Cuando ya no había nada más que sacar, Ben se quedó quieto, tumbado sobre el suelo, soltó un sollozo largo y derrotado, y luego se incorporó y acunó al pobre Charlie en brazos."
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