Como llegué a mitad de conversación, pregunté:
- ¿A quién? ¿A algún niño de tu familia?
- No... a mi perro.
- ¿Cómo?
- Sí, es que nos ha salido rarito.
- Yo soy celíaca, pero nunca había oído que un perro pudiera ser celíaco.
- Celíaco y alérgico a alguna cosa más... le compramos pienso sin gluten...
Pues sí, también hay perros celíacos... y hasta pienso sin gluten!Pensaba que la industria alimentaria sin gluten había mejorado mucho: pastelería, bollería, precocinados... ¡pero no tanto!