Pero el problema definitivo para esta especie Americana no ha sido la pesca ni la sobrepesca, sino la construcción en el rio Kootenai una presa en 1974. Esta presa como pueden ustedes imaginarse impide al esturión realizar el viaje que cierra su ciclo reproductivo (desovar). Antes de la construcción de la presa, se estima que al menos10.000 individuos maduros de esturión blanco vivía en el río. Ahora, sólo 500 permanecen a duras penas y seguramente con una edad muy muy avanzada ya que desde la construcción de la presa no se han podido reproducir en el medio natural.
A pesar de la falta de reproductores silvestres, la especie no está condenada del todo ya que al menos la Tribu Kootenai de Idaho gestiona y posee un criadero (piscifactoría) de de esturión blanco (Acipenser transmontanus).
The Fish and Wildlife Service de EE.UU. ha estado tratando de salvar el esturión Kootenai Río Blanco de la extinción durante años, ajustando la cantidad de agua que fluye a través de la presa, sin embargo todos sus intentos han fracasado.
El sollo del guadalquivir.
Esta pequeña historia sin aparente final feliz ya se produjo en el pasado muy cerquita nuestra , concretamente en el Guadalquivir , de hecho no solo existió una única especie como en el caso de Río Blanco en EE.UU sino dos, 'Acipenser sturio' que coexistió hasta su extinción con 'Acipenser nacarii', entre 1932 y 1970 su abundancia era tal que se propició una próspera industria del caviar en Andalucía.
Imagen izquierda A. sturio
En los años 70 la controvertida construcción de la presa de Alcalá del Río, infranqueable para el esturión, y la contaminación urbana de la que adolece no solo el Guadalquivir sino casi todos los rios Europeos, además de una pesca incontrolada propició la extinción de manera súbita en los años 70.
Un rayo de esperanza
Sin embargo no todo estaba perdido, Acipenser nacarii, pudo sobrevivir gracias a una de esas historias que algunos hombres de gran valía. Gracias a la visión de un piscicultor en Italia la especie pudo sobrevivir en régimen de cautividad y además se pudo demostrar mediante un estudio genético realizado por la Universidad de Granada (UGR) de ejemplares disecados de a principios del siglo XX, que en el río Guadalquivir existieron dos especies de esturiones Acipenser sturio y Acipenser nacarii.
El futuro de la especie está ahora más o menos asegurado bajo la explotación acuícola por lo que proponer un proyecto de reintroducción de estas dos especies es a todas luces un hecho que podría no solo generar nuevamente un recurso perdido en el plano sociocultural y económico sino que remediaría un desajuste ecológico de la ictofauna del río guadalquivir sin embargo a día de hoy a la Junta de Andalucía no se le atisba intención alguna la repoblación del río, y eso a pesar del impacto positivo que ello podría suponer. Imagen superior A.nacarii