Un Pleno de Juzgado de Guardia

Publicado el 23 diciembre 2011 por Basseta
[A la vista de lo sucedido ayer en el Pleno, Kafka podría ser considerado un escritor del género costumbrista]
Empiezo a redactar estas líneas cuando es la 1,06 de la madrugada, recién llegado del Pleno Ordinario del Ayuntamiento de Ibi que empezó ayer a las 19,00 horas. No tenía programada una entrada para hoy, convencido de que la duración de la sesión plenaria iba a ser más breve.
Si la sesión se ha prolongado más de lo debido ha sido, entre otras cosas, por el empecinamiento de la Sra. Parra en no cumplir lo que dicen las leyes españolas. La Sra. Parra quería impedir que los Portavoces de los grupos de la oposición presentasen mociones por vía de urgencia, ni más ni menos. Evidentemente, le hemos tenido que recordar lo que dice el ROF, el ROM, la Ley de Régimen Local y hasta la Constitución Española.
Llevamos desde octubre sin celebrar Plenos ordinarios, hemos tenido que acudir al Sindic de Greuges para que ampare nuestro derecho a la participación política, llevamos meses trabajando en un sinfín de propuestas que, en su mayor parte, han sido votadas a favor por los propios Concejales del Partido Popular, y llega la Sra. Parra y dice que tiene un informe del Secretario en el que dice que esas mociones nuestras no pueden ir en el Orden del Día.
Lo primero que hay que aclarar es que el Orden del Día de un Pleno lo confecciona la Alcaldesa y, por lo tanto, pone o no pone lo que quiere, y punto pelota. En el Pleno de Ibi se han votado mociones de todo tipo (de la guerra de Irak, de ETA, de modificar la legislación hipotecaria, de lo malo que es Zapatero, etc, etc.) y nadie se ha planteado nunca que el Pleno, el máximo órgano de decisión de un Ayuntamiento, la plasmación física de la democracia, no pueda debatir cualquier asunto. El requisito es muy simple: que la mayoría de los Concejales así lo consideren.
Y ese es el problema de la Sra. Parra, que sólo tiene 10 concejales, que no tiene mayoría absoluta, que no puede controlar a Juan Valls como le gustaría, que no puede soportar que sus compañeros de partido hablen con normalidad con los de la oposición, que lleguemos a consensuar propuestas, que tengamos "buen rollo". Ella necesita la adrenalina de la crispación, del enfrentamiento, del insulto, de la arrogancia, del desprecio, de la manipulación informativa y de la falsedad.
Afortunadamente, tras casi 2 horas discutiendo, llegando incluso a perder la compostura, finalmente ha imperado la cordura de los propios compañeros del Partido Popular que, tras un receso, han convencido a la Sra. Parra de que no tenía sentido seguir defendiendo una postura tan absurda.
Ahora bien, os aseguro que yo lo tenía muy claro. Justo antes del receso, yo he dicho dos cosas muy claras: La primera, que la Sra. Parra podía estar incurriendo en un presunto delito de los previstos en el art. 542 del Código Penal ("Incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de uno a cuatro años la autoridad o el funcionario público que, a sabiendas, impida a una persona el ejercicio de otros derechos cívicos reconocidos por la Constitución y las Leyes"), y segunda, que me negaría a abandonar el edificio del Ayuntamiento si no se nos permitía ejercer nuestro derecho a presentar mociones (varios de mis compañeros de corporación del PSOE y de ADI lo habíamos hablado y habíamos decidido encerrarnos en el Ayuntamiento, aunque tuviésemos que pasar la Nochebuena allí).
Al final, y pese a todo lo anterior, nos hemos deseado felices fiestas unos a otros y estoy convencido de la inmensa mayoría eramos sinceros.