Un poco de esperanza

Publicado el 01 febrero 2012 por Hogaradas @hogaradas

Por Hogaradas
El autobús cada día más vacío, y las calles cada mańana con menos transeúntes, ese es el panorama de una ciudad que hace tiempo ya que está enferma, pero cuyo mal se va tornando a cada momento de más gravedad, hasta el punto de que yo al menos, siento que ya está agonizando.
Al igual que agonizan también tantas y tantas personas que no han hecho absolutamente nada para que no se les conceda uno de los derechos fundamentales, el de la vida, que ya no es tal cuando no tienes un trabajo que te permita cubrir al menos tus necesidades básicas, cuando con ello te roban la ilusión, los proyectos, el futuro, y te condenan a vivir en un presente que cada día cuesta más asumir que es real.
Y mientras, los banqueros, que es que hay que tener desfachatez, dicen que la situación actual es de los políticos, y éstos echan la culpa a los mercados, y nosotros seguimos sin entender nada, mientras ellos se pasan la pelota de unos a otros, mientras ellos, todos ellos, siguen disfrutando de un estado del bienestar que para nosotros, ha sido como una broma, un simple y diminuto espejismo.
Hace tiempo que el despertar diario se ha convertido en una sucesión de malas noticias que durante toda la semana no dejan de repetirse, pero es que ahora, no solamente nos acompańan por las mańanas, sino que durante toda la jornada, vivimos con la inquietud de qué es con lo que nos encontraremos a lo largo del día, con qué nueva mala noticia nos acostaremos, quienes serán esta vez los afectados, cuántas las personas que se queden en la calle, qué numero de familias las que se ven abocadas, como ya tantas, a la desesperanza.
Estoy harta de los agoreros, de los catastrofistas, de quienes días tras día nos aburren siempre con lo mismo, de quienes parece que se alegran con el bien ajeno solamente por el mero hecho de culpar al otro partido de todo lo que está sucediendo.
No necesito que nadie me recuerde hasta la saciedad que estamos en crisis, que aumenta el paro, que las previsiones son catastróficas, que baja el Euribor pero atención, que todavía está más alto que por estas fechas el ańo pasado, que esto durará algunos ańos más; no necesito que me cuenten nada, porque nada de eso es nuevo para mí, lo veo todos los días a mi alrededor, en las historias de unos y de otros, en las vidas de muchas personas anónimas, que van sumando más y más números a una situación que parece nunca vaya a tener fin.
No necesito que me cuenten nada, lo que realmente necesito es que hagan algo, que me digan cuál es la solución, que me engańen hasta un poquito y hagan con esa pequeńa mentirijilla que vuelva a creer que esto tiene solución, y que la salida del túnel, el paso hacia la luz se encuentra cada vez más cerca. No me hacen falta palabras, me hacen falta hechos, comenzar a escuchar historias de esperanza, volver a ver las calles bulliciosas y rebosantes de gente, como antes, y ver en los semblantes de esas personas, no la tristeza que aprecio ahora, sino la alegría, o al menos la tranquilidad, que observaba antes, volver a subir en un autobús repleto de gente que va a su trabajo.
Necesito, todos necesitamos alguien que nos devuelva la esperanza, porque perdida ésta, creo que ya no nos queda absolutamente nada.