Ya desde el nacimiento de la Masonería Especulativa aparecieron recelos hacia ella. La relevancia intelectual y social de sus primeros miembros así como las reuniones celebradas a puerta cerrada, puso en alerta a instituciones acostumbradas a participar en todo e imponer sus directrices en la vida pública.
El 24 de junio de 1717 con la aparición de su primera confederación de Logias, el 17 de enero de 1723 con la aprobación de la primera base constitucional Masónica (Constituciones de Anderson) o el 15 de febrero de 1728 cuando "se da Luz" a la primera Logia en España con sede en Madrid y por ello apodada "La Matritense". Fueron las fechas con las que la Masonería inicia su historia que muy pronto se verá empañada por influyentes oposiciones tanto políticas como clericales.
Las corrientes intelectuales de la Ilustración que sostenían que "el medio de mejora de las condiciones de vida y sociabilidad es la razón humana y que mediante ella se debe combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía", fueron puestas a colación en las Logias y defendidas públicamente por sus miembros. Ello incomodó a las monarquías y a los poderes fácticos ligados a estas y fue el punto de partida de los múltiples desaconsejos, críticas, prohibiciones, condenas e ilegalizaciones que la Orden Masónica ha sufrido a lo largo de su historia.
No existe ningún país, en el cual hoy esté presente la Masonería sin que haya sido afectada por retrocesos históricos, provocados por ciertas ideologías políticas o por la influencia religiosa. Incluso en algunos, hoy, la Orden está desterrada.
Desde la implantación de la primera Logia en territorio español (1728) hasta hoy, la evolución de la Masonería Española se ha visto afectada por los intereses de la iglesia católica, la sumisión de la monarquía a esta y la autojustificación de la dictadura.
Como consecuencia de la publicación (1738) de la primera condena eclesial contra la Masonería mediante la bula del papa Clemente XII, Felipe V de Borbón (primero de la estirpe en España) decretó el arresto de todos los miembros de La Matritense (1740). Su real sucesor Fernando VI de Borbón, el 2 de julio de 1751 siguiendo las directrices de la bula "Próvidas" redactada por el papa Benedicto XIV 14 días antes, prohíbe la Masonería "en todos los Reinos le la Corona de España" y decreta la pena de muerte para todos los miembros probados de la Orden, aunque la Masonería ya era inexistente en el reino.
No es hasta 1808 que tras la abdicación de Carlos IV de Borbón y la subida al trono de José I Bonaparte, reaparece la Masonería en España a través de Logias cuyos integrantes eran militares de los ejércitos napoleónicos. Estas Logias estaban federadas en el Gran Oriente de Francia (primera Obediencia Liberal) y en ellas se iniciaron militares y civiles españoles haciendo reaparecer la Masonería española después de más de 60 años de ausencia.
En 1813 se reinstauró la dinastía borbónica sentándose en el trono Fernando VII que, por mérito propio pasó, de ser apodado "el Deseado" a convertirse en "el Rey Felón" al ser el restaurador del absolutismo y la Inquisición así como un prolífero legislador antimasónico que a pesar de sus varios intentos no logró acabar con la Masonería, pero indujo a que ésta actuara desde el anonimato y con la máxima cautela. Esta situación perduró hasta que su hija, la reina Isabel II de Borbón fue depuesta en 1868. A partir de entonces la Masonería Liberal Española se encaminó hacia mejores épocas.
La más encarnizada persecución hacia la Masonería y sus miembros se produjo a partir del levantamiento militar contra la Segunda República. El dictador Franco ya desde sus inicios golpistas decretó contra ella el 15 de septiembre de 1936 y por esta causa fueron fusilados ciudadanos sobre los que recayó la simple sospecha de ser Masones. Alcanzada la llamada "victoria", se dictó la "Ley de represión de la Masonería y el Comunismo" (1 de marzo de 1940) que llevó, tras simulacros de juicios sumarísimos, al fusilamiento de cerca de 2.000 personas acusadas de ser Masones o comunistas o ambas cosas, aparte de encarcelamientos y torturas. Muchos Masones, hombres y mujeres, con el fin de preservar su integridad y su vida, se exiliaron, la Masonería desapareció completamente del territorio español.
Tanto "masonería" como "masón" fueron palabras muy repetidas en la paranoia justificativa y doctrinal del dictador. Como primer ejemplo de ello está el libro de texto del Dr. Menéndez Reigada obispo de Tenerife, titulado "Catecismo Patriótico Español" que desde 1939 fue obligatorio en la enseñanza; En su apartado de preguntas y respuestas, que debían ser memorizadas por los alumnos, decía: "Pregunta. ¿Cuáles son los enemigos de España? Respuesta: Los enemigos de España son siete: El liberalismo, la democracia, el judaísmo, la masonería, el capitalismo, el marxismo y el separatismo". Igualmente, el dictador, repitió en muchos de sus discursos que "...todos los males de la patria provienen de la masonería" justificando en ello la pérdida de las colonias, la Guerra de la Independencia, las guerras carlistas, la caída de la Monarquía, el advenimiento de la República, el ateísmo, las huelgas, los asesinatos, etc.
El último retorno de Libertad, Igualdad, FraternidadEl 20 de noviembre de 1975 murió Franco aunque ello no supuso la rotura inmediata con su régimen al ser reconocido como Jefe de Estado D. Juan Carlos de Borbón en calidad de Rey, según había sido dispuesto por el dictador al nombrarlo su heredero político mediante la ley de sucesión de 1947 y por manifiesto público del 22 de julio de 1969. En su discurso de investidura, el nuevo Rey, apuntó una siguiente etapa de mayores libertades y más participación popular.
"Martí" M.·.M.·.