Actualmente solo nueve estados, más el distrito de Columbia, reconocen la legalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo. La intención del presidente es que este tipo de unión sea considerada igual ante la ley que el matrimonio heterosexual y que los gais y lesbianas que estén casados disfruten de los mismos derechos que los heterosexuales. Donald Verrilli, el abogado general de los Estados Unidos, ha dicho que “la oposición moral a la homosexualidad, aunque pueda reflejar opiniones personales profundas, no es un objetivo de política legítimo que pueda justificar el tratamiento desigual de las personas gais y lesbianas”.
Obama ha criticado la DOMA desde mayo de 2012, pero ha sido ahora cuando ha dado el paso definitivo al llevar su decisión de hacerla inconstitucional al Tribunal Supremo del país. Ahora corresponde a la mayor instancia judicial de EE.UU. decidir si esta ley sigue vigente o si se declara, como el presidente pretende, inconstitucional.
Esta iniciativa del gobierno deja en manos del Tribunal Supremo los derechos de los homosexuales en todo el país. Ahora, el colectivo gay debe depositar todas sus esperanzas en que los jueces encargados de estudiar el caso dicten sentencia a su favor, es decir, en contra de la DOMA.
El proceso se resolverá el próximo 26 de marzo. Hasta entonces no sabremos si el país más avanzado del mundo lo será también en cuestiones sociales.