mi gato se cagó en los archivos.
se metió dentro de la caja naranja de
Golden State Sunkist
y se cagó en mis poemas
en los originales
que guardo para los archivos universitarios.
ese crítico negro, rechoncho y de una sola oreja
me había dado su veredicto.
-Del libro Gatos, nº 950 de la colección Visor de poesía-