Un poeta en Mercadona

Por Clochard


Estoy seguro que Dante
ideó su infierno el dia exacto
en que su mujer le envió a la compra
ahora el averno se extiende
como un virus prefabricado
Cada vez que entro al Mercadona
recuerdo mis días en el almacén
la ingente cantidad de Machos Alfa
por metro cuadrado
repulsiva testosterona de cuartel
recompensada por ridículos jefes
autoconvencidos de su divina misión
Hoy en la sección de mascotas
encontré un spray reeducador
para perros y gatos díscolos
luego atacan el comunismo
—los muy cabrones –
cuando Hacendado es Stalin
y en cada esquina de cada ciudad
nos vigila su Gran Hermano.
También me sorprendió el nombre
elegido para una colonia barata;
"Flor de luna Serena"
y he imaginado un Gulag un Auswich
en el que tienen encerrados a poetas
—los más cursis, por supuesto—
en una eterna tormenta de ideas.
Detergente para ropa negra y oscura
como mi alma entre pasillos
hay un amplio mercado emergente
entre las hijas góticas de las señoras
y los hijos Heavys de padres absurdos
en chándal y zapatos.
Los mismos Kamikazes con carros
que me acorralan con odio
en la sección de congelados
al menos si pierdo un pie o una mano
podré mantenerlo a salvo
entre una bolsa de guisantes
o arroz tres delicias con gambas.
El encargado paseando su ridículo
orgullo por formar parte de la secta
el código de barras del cansancio
enterrando el brillo de los ojos
de las cajeras suplicando el cierre
y la apertura de sus vidas
y sin embargo lo peor de todo aquí
soy yo mismo ante la certeza
de que el mes que viene sin falta
volveré a entrar por esa puerta.