Pero muy pronto, al conocerse el nombre de uno de los agraciados, los alagos reales se tornaron en duras críticas a ambas coronas. En efecto, entre los españoles indultados, se hallaba Daniel Fino Galván, un pederasta condenado a 30 años de cárcel por abusar de once menores de edad, la mayor sanción por pedofilia jamás impuesta y perdonada en Marruecos. El “agraciado” Daniel llevaba años en Marruecos abusando de menores. Se había instalado en Kenitra, al norte de Marruecos, en 2005, donde mantenía buenas relaciones con sus vecinos para cuyos hijos organizaba fiestas infantiles a los que ofrecía regalos. Este indulto real provocó duras críticas entre las organizaciones sociales marroquíes, que convocaron protestas en Rabat. El viernes la policía dispersó con violencia varias manifestaciones y hoy mismo se ha convoca otra. En un comunicado de carácter excepcional, ya que es inusual que el rey dé explicaciones sobre sus decisiones, el monarca marroquí aclaró que “nunca fue informado de la gravedad de los crímenes” por los que el pederasta español había sido condenado.
Mohamed Benjeddou, el propio abogado de Fino Galván, se confesaba “sorprendido” por la decisión del monarca alauí, pero respondía a quienes la criticaban: “El indulto real no se discute”. El presidente de la Asociación Marroquíde Derechos Humanos, Ahmed el ají, explicó que denunciaron a Fino Galván, “hace tres años, después de localizar vídeos en los que aparecían el acusado y sus víctimas”. Tachó de “odiosos” los crímenes cometidos por Daniel Fino y lamentó que Mohamed VI “no tenga en cuenta los actos cometidos y los daños causados” por tomar este tipo de decisiones que favorecen la impunidad”. Una medida que, según el Gabinete Real marroquí, fue tomada durante la reciente visita del rey Juan Carlos I a Marruecos. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español aclararon que la elaboración de la lista de personas indultadas corresponde a las autoridades de Marruecos. Y aseguraron que España no propuso ningún nombre. Pero, esta puesta en libertad provocó un enorme escándalo en Marruecos, donde varias ONG y partidos políticos de la oposición convocaron manifestaciones ante el Parlamento de Rabat. En otras ciudades, como Tetuán, hubo otras que fueron reprimidas por los antidisturbios.
Algunos medios marroquíes, como el digital Lakome, relacionan al pedófilo, que ya se encontraría en España, con el servicio secreto español. “El pedófilo fue indultado a petición del servicio secreto español”, tituló el diario digital marroquí. “Se trató de un acuerdo entre la DGED [servicio secreto marroquí] y su equivalente español y el (CNI) Centro Nacional de Inteligencia”, señaló a este periódico una fuente marroquí conocedora del indulto. “Los españoles insistieron en que se le metiera en la lista y lo consiguieron”, añadió. Es probable que Galván haya sido un espía. A su abogado marroquí le contó que, en su vida anterior, había sido un “oficial del Ejército iraquí que colaboró” con servicios extranjeros para derrocar al dictador Sadam Husein. “También me contaba que era un profesor jubilado de la Universidad de Murcia, que enseñaba Ciencias Oceánicas”, añade. En la documentación remitida por la Administración penitenciaria marroquí figura como “español de origen iraquí”. Pero Galván Viña no es, probablemente, el verdadero nombre del pederasta, que nació en Basora, en 1950, de padre y madre iraquíes. Sus apellidos españoles pueden ser la identidad falsa que le fabricaron los servicios secretos cuando accedieron a sacarle de Irak y le convirtieron en catedrático murciano jubilado que no aparece, sin embargo, en ninguna web educativa española. Galván Viña ha tenido que prestar, hace más de una década, grandes servicios al CNI o a otras agencias de espionaje en Irak para que se empeñasen en forzar su liberación y la lograran.
El ministro de Justicia marroquí emitió un comunicado recalcando que Mohamed VI concede los indultos de presos extranjeros “en función de los intereses el Estado”. Se trata de “una práctica corriente en el marco de las relaciones diplomáticas amistosas entre países”. Sin embargo, ese ministerio “no ha tenido, en este caso, relación alguna con la preparación de la lista de los ciudadanos españoles indultados”, señala el comunicado, haciendo así recaer toda la responsabilidad del indulto sobre el palacio real. “Si una persona implicada en crímenes innobles se ha aprovechado” del indulto, “hay, sin embargo, que resaltar que esta ha sido expulsada y tiene prohibido volver a pisar el territorio marroquí”, concluye el ministerio de Justicia. La Casa Real marroquí guardó unos días silencio sobre lo que la prensa de Casablanca describe como un “escándalo mayúsculo”. El palacio real marroquí publicaba, el 30 de julio, un comunicado para dejar claro que el soberano alauí había accedido a la petición de don Juan Carlos y concedido su gracia a 48 reos españoles, casi todos condenados por tráfico de drogas. El último de la lista, el número 48, era Galván Viña. Su puesto daba la impresión de que había sido añadido en el último momento. El Rey de España llamó entonces a Mohamed VI para agradecerle “profundamente” su gesto, según indicó la Casa del Rey.
El rey de Marruecos ha anulado el indulto al pederasta español y ordenado una investigación a fondo a fin de “determinar las responsabilidades y los orígenes de los desaciertos”, así como “identificar a los responsables de esta negligencia para que asuman las sanciones necesarias”. El indulto podría haber sido solicitado por el Centro Nacional de Inteligencia a los servicios secretos de Marruecos. Un comunicado indica que el soberano ha dado instrucciones al ministro de Justicia, Mustafá Ramid, para que estudie con su homólogo español el seguimiento que se debe dar a la cuestión. El caso ha provocado un fuerte rechazo social, con manifestaciones durante el fin de semana en Rabat que se han saldado con varios heridos, incluidos periodistas, a causa de los choques con los policías antidisturbios. Miembros de la organización Abogados Sin Fronteras, presentaron una querella criminal ante la Audiencia Nacionalcontra el pederasta, para que vuelva a ingresar en prisión. El Gobierno español, tras haber guardado un comprometido silencio sobre el caso, ha intercedido ante las autoridades marroquíes para revocar dicho indulto ante las protestas originadas en el país.