Estamos acostumbrados a políticos que ingresaron en política poco después de haber hecho la Primera Comunión y que no han trabajado en su vida en nada que fueran los tejemanejes de sus formaciones políticas. La caracterización no es mía sino de Joaquín Leguina en su libro “Historia de un despropósito. Zapatero, el gran organizador de derrotas” se aplicaría a muchísimos políticos de muchísimos países. Por eso, da gusto cuando uno se encuentra con un político un poco diferente. Un político como Sushil Koirala, el nuevo Primer Ministro de Nepal.
Koirala nació el 12 de agosto de 1939 en el clan Koirala, que ha jugado un papel político tan destacado en el Nepal del siglo XX que algunos lo han asimilado al de la dinastía Gandhi-Nehru. El fundador de la dinastia fue Krishna Prasad Koirala, que se enfrentó a la dictadura que tenía implantada la familia de los Rana y tuvo que exiliarse en la India para no perder el derecho a seguir respirando. Alli combatió por la independencia de la India, convencido de que sólo cuando los británicos se fuesen y dejasen de apoyar a los Rana, éstos caerían. En esos años Krishna Prasad estableció importantes contactos con el Congreso Indio y con otros disidentes en el interior y el exterior del país fundó el Congreso Nepalí.
La intuición de Krishna Prasad resultó correcta. Los británicos se fueron de la India en 1947 y cuatro años después los Rana fueron descabalgados del poder con ayuda de los indios. Se instauró la democracia y resultó que los Koirala estaban inmejorablemente situados para aprovechar la nueva coyuntura. Durante los pocos años que duró la primera democracia nepalí, dos Koirala ocuparon el Primer Ministerio. Matrika Prasad Koirala, hijo de Krishna, fue Primer Ministro en 1951-1952 y de nuevo en 1953-1955. Su hermano Bishweshar Prasad Koirala lo fue en 1959-1960.En 1960 el nuevo rey Mahendra decidió que un poquito de democracia estaba bien para que la gente se distrajera, pero que mucha tampoco hace falta, porque el pueblo se malacostumbra. En el fondo pensaba como Franco, que la mejor democracia es la orgánica, que en Nepal se denominó “Panchayat”. La familia de Sushil entendió que había llegado el momento de cambiar de aires y se exilió a la India.Sushil había ingresado en el Congreso Nepalí en 1954, influido por las ideas socialdemócratas de su primo Bishweshar, pero fue en el exilio indio donde realmente se involucró en la lucha política. Allí se cruzó en su camino su primo Girija Prasad Koirala. Girija era un hombre carismático y con una personalidad arrolladora. Los líderes del Congreso Nepalí en aquellos años respondían a ese patrón. Sushil, en cambio, era un hombre reservado y un mal orador. Más bien tenía la personalidad de un mandado. “Oye, Sushil, que me secuestres un avión”. E iba Sushil y lo hacía.Pues sí, eso mismo pasó. Girija se enteró de que un avión de la Royal Nepal Airlines trasportando bolsas de dinero de un banco estatal volaría de Biratnagar en el este del país a Katmandú y se dijo que secuestrar el avión podía ser una manera tan legítima para financiar el partido como recalificar terrenos. Encargó a Sushil que se ocupase de la recalificación, digo del secuestro. El secuestro salió muy bien para el partido y muy mal para Sushil. Después de un año de estar escondido le acabaron pillando y pasó tres años en cárceles indias. En 1979 ingresó en el Comité Central del Congreso Nepalí. Era lo menos que podían hacer por el. Una muestra del papel modesto que tenía Sushil en el partido y que posiblemente se correspondiese con su carácter es que, a pesar de que era un Koirala y de los servicios prestados, no he encontrado referencias a sus actividades en la década de los ochenta, una época que fue clave para la evolución politica de Nepal y para las fortunas del Congreso Nepalí.Para finales de la década de los setenta, las protestas estudiantiles habían convencido al Rey Birendra de que el sistema del Panchayat necesitaba un lavado de cara y convocó un referéndum, que es lo que uno suele hacer cuando quiere el voto “libre y soberano” del pueblo le confirme que justo sus planes son lo que el pueblo estaba demandado. El 2 de mayo de 1980 los nepalíes fueron llamados a las urnas para que decidieran si querían más de lo mismo o si preferían una democracia multipartidista. El Congreso Nepalí fue el abanderado de la segunda opción, siendo la única formación política medianamente organizada que la apoyó. La opción por la democracia multipartidista salió derrotada al haber obtenido el 45% de los votos, frente al 54% que obtuvo la opción por el Panchayat. El Congreso nunca aceptó los resultados y comenzó una década de lucha por la democracia. Apenas comenzó la lucha, se produjo un cambio en el liderazgo del partido, cuando el carismático Bishweshar murió y fue reemplazado por el liderazgo colectivo de Ganesh Man Singh, Krishna Prasad Bhattarai y Girija Prasad Kolirala. Bajo su batuta el Congreso Nepalí movilizó a la sociedad civil contra el Panchayat y tendió la mano a otras fuerzas políticas, sobre todo a los comunistas. El Rey Birendra acabó claudicando y en abril de 1990 anunció el final del Panchayat. Y lo mejor, es que iba en serio. Las elecciones de mayo de 1991 dieron la victoria al Congreso Nepalí, que era el partido mejor organizado y aquél al que los nepalíes identificaban con la lucha por la democracia. Obtuvo 114 de los 205 escaños en liza. Uno de los flamantes diputados fue Sushil Koirala. Mientras tanto, su primo Girija se alzaba con el puesto de Primer Ministro, y es que hay que saber moverse.En el 9˚ Congreso que el partido celebró en 1996, Sushil fue nombrado Secretario General del Partido y dos años después Vicepresidente. Girija estuvo detrás de su ascenso. Valoraba su lealtad y que fuese un Koirala. Por otra parte, Sushil no era de los políticos que muerden la mano que les da de comer. De ésos abundaban en el ala más joven del Congreso Nepalí, que no veían el momento de que se produjera el relevo generacional. Esos impacientes acabarían escindiéndose del partido en 2002 y creando el Congreso Nepalí (Democrático), que sólo duraría cinco años antes de regresar con la frente marchita al Congreso Nepalí, al fetén.