Actualmente el barrio madrileño de Malasaña es uno de los más icónicos y cosmopolitas de la capital.
No obtuvo el nombre de Malasaña hasta el año 1961, ya que previamente se le conocía como el barrio de las Maravillas.
“Malasaña” hacer honor a Manuela Malasaña, una joven protagonista del levantamiento del 2 de mayo que fue ejecutada en la plaza que hoy recibe el nombre de esa fecha. Un homenaje a una mujer que no se rindió ante el enemigo y una historia que hoy en día se utiliza para recalcar la idea de que no es no.
Este barrio acogió los movimientos contraculturales más importantes de la historia de España, como la famosa movida madrileña. Malasaña se convertía en el centro neurálgico del cambio de ideología vanguardista. Se convirtió en un punto de encuentro de todo movimiento independiente, siendo también la cuna de artistas muy importantes de nuestro país que frecuentaban icónicos locales del barrio.
Para La Dominga, que inauguramos en 2008, escogimos este barrio para abrir su restaurante. Queríamos ofrecer a nuestros clientes un ambiente íntimo con un toque bohemio propio de este barrio.
Se ubica en la calle Espíritu Santo, una de las más pintorescas y típicas de Malasaña. Conocida por un acontecimiento peculiar que ocurrió durante el Reinado de Felipe III en el siglo XVII: un día sin lluvia ni tormentas, cayeron varios rayos en edificios de esta calle en los que vivían “gentes de vida dudosa”. Se le puso “Espíritu Santo” a la calle para conmemorar este suceso.
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