Un refugio para Clara. Marta Estrada

Publicado el 21 noviembre 2013 por Carmina
Cada día me gusta más la colección Ancora y Delfín de Destino, no ha habido titulo que me haya decepcionado, y ya se ha convertido en una apuesta segura dentro de mis lecturas. Cuando vi esta novela no se muy bien que me atrajo de ella, la portada es preciosa sí, pero tampoco nada llamativa, la sinopsis no revela muy a las claras por donde puede ir la novela, sin embargo, ya podía yo entrever que en ella la superación sería un baza muy importante, lo que no supe adivinar es quienes serían los protagonistas de esta historia de superación, yo apunté hacía una niña de siete años que ve como su vida cambia a raíz de un accidente y sin embargo erré el tiro...
La novela ha durado en mis manos a penas dos días, el frío y la lluvia me confinaron en casa el fin de semana, si a ello añadimos que mis chicos estaban celebrando la fiesta de la patrona de los músicos, ante mí se abrieron muchisimas horas y la televisión no me suele distraer. Sin darme cuenta las hojas iban pasando, la historia se iba desgranando con sus altibajos y los ojos iban acusando el cansancio, mire de reojo el reloj y saltaron todas mis alarmas, le estaba robando horas al sueño y al día siguiente lo iba a pagar bien caro. A regañadientes cerré el libro y decidí terminar las escasas páginas que me separaban del final el domingo, ¡Y vaya si lo hice!
He disfrutado mucho de esta novela que me ha tocado la fibra sensible en más de una ocasión, me ha hecho entristecerme, dudar, reír y soñar  que con esfuerzo todo es posible. Las minusvalías no siempre son insuperables, pero el tesón de la persona y el ambiente que tiene alrededor es muy importante. Este libro sin duda ha supuesto para mi una lección y supongo que para muchos más lectores, además de adentrarme en un universo que aunque no me es del todo desconocido, tampoco conocía en su profundidad.
La autor@:
Marta Estrada nace en Esplugues de Llobregat en 1967,  invidente desde los 11 años por un desprendimiento de retina, ante si se abrió un mundo completamente distinto, el de la literatura, obligada a pasar muchas temporadas en el hospital su padre empezó a leerle para hacerle más llevadera la convalecencia, y poco a poco despertó en ella la pasión por escribir. Sus primeros relatos los escribió con tan solo 12 años.
Al llegar a la edad adulta, compaginar su trabajo en la ONCE, con el cuidado de su familia, le fue complicando la dedicación a la escritura, esta novela es  fruto de muchos años de trabajo, y del empuje de un amigo periodista que le animó a continuar, a partir de ese momento dotó de contenido la historia, y en año y  medio la tuvo terminada. De momento no tiene previsto dedicarse a la literatura de forma profesional, prefiere escribir sin la presiona de tener que poner un plato en la mesa, pero tres proyectos le van rondando la cabeza, a saber cual de todos terminará convertido en novela.
Argumento:
Tras escribir tres veces la sinopsis y darme cuenta de que desvelo demasiado, he optado por transcribir la que ofrece la editorial, revela mucho menos que yo, y al menos a mi me hizo morder el cebo y pasar un buen rato sumergida entre las líneas de esta novela de superación personal, de dolor y mucha esperanza.
Una tarde de lluvia, Clara pierde el control del coche que conducía provocando un accidente que dejará a Belén, su hija de siete años, parapléjica. Las horas en vilo en el hospital, los días en coma, los meses de rehabilitación intentando que la vida de la pequeña consiga algo de normalidad, le revelan a Clara que puede sacar fuerza no sabe de dónde para afrontar la tragedia, pero a la vez, la van sumiendo en un estado de agotamiento y culpa que su ex marido, absolutamente insensible a su dolor, aviva y alimenta.
Unos días de excursión del colegio de Belén le permiten finalmente tomarse un respiro y Clara emprende un viaje a un lugar del Pirineo donde encontrar un poco de paz. Pero una tormenta de nieve la hace tomar el rumbo equivocado y la obligará a refugiarse en la cabaña de hombre arisco y taciturno, Éric, quien a pesar de ofrecerle su ayuda resulta molesto con su presencia. Ese tiempo en la cabaña, aislados del mundo, serán días de confesiones mutuas, de pequeñas y grandes complicidades entre dos seres heridos pero con una férrea voluntad de vivir.
Y también serán días de grandes descubrimientos, de los cuerpos y de los corazones, y de la revelación de que no existe nada más erótico que el amor.
Impresiones:
Que no os asuste la palabra erótico de la contraportada, porque no es ese el género en el que se circunscribe, y además bien leída la frase da la medida de lo que hasta ahora se ha estado catalogando como novela erótica. Con ello no vamos a negar que no haya sexo, pero como en cualquier novela de antes de estallar el boom.
Si tengo que describir con una sola palabra esta novela, sin duda alguna utilizaría SUPERACIÓN, si en mayúsculas, porque, sobre todo eso, es lo que vamos a encontrar  entre sus páginas, y una visión optimista a pesar del dolor que se desprenden de sus páginas de las adversidades, todas ellas superables si al lado cuentas con la persona adecuada.
Poco conocía yo de esta novela antes de sumergirme entre sus páginas y fui poco a poco descubriendo los ases que la autora se iba guardando en la manga, y os aseguro que para mí ha sido una delicia y sobre todo una sorpresa.
Paralela a la superación encontramos el tema de las minusvalías, aunque ello es accesorio, simplemente porque la trama reclamaba profundidad, y lo trata desde el conocimiento, desde los muchos obstáculos que seguro que como invidente se ha encontrado por el camino, pero huye de lo conocido, y se documenta sobre otras dos minusvalías que trata con respeto, pero nunca con conmiseración, habla desde el conocimiento, aunque no desde la experiencia y es algo que agradezco profundamente.
Sin embargo como bien apunta Clara, no solo se trata de aquellas personas que sufren deficiencias fisicas o síquicas, están aquellos disminuidos sociales, aquellos que oyendo con claridad, solo oyen lo que les conviene y hacen oídos sordos a todo los demás, aquellos que no respetan las rampas y ponen obstáculos insalvables tanto para parapléjicos, como para invidentes, y en la órbita de todo ello, una critica social, la ley de accesibilidad y yo me atrevería a decir que de dependencia que al no estar desarrolladas se convierten en papel mojado, dejando de nuevo a los más "débiles", en desventaja. Y como habréis visto he puesto débiles entre comillas, porque estas personas sacan fuerzas de donde los demás no podemos, desarrollan sentidos que los llamados capacitados ni sabemos que existen y nos dan en ocasiones una lección de humildad que bien tendríamos que aprender.
Comenta la autora que su intención no era hacer una novela en la que las minusvalías fueran las protagonistas, y doy fe de que lo consigue, están ahí flotando, pero de forma positiva, con un rayito de luz o esperanza que es impresionante, porque son ante todo personas, y como tal hay que tratarlas.
Personajes
En esta historia de superación, dos son los personajes que destacan y uno el que ofrece mayor luz, y a ellos les voy a dedicar unas ligeras pinceladas porque deseo que descubráis la historia poco a poco.
Clara: Segura de sí misma, y emprendedora, tiene la mala suerte de casarse con un hombre cínico que se dedica a minar su confianza y su autoestima. Tras la separación se ve obligada a seguir tratando con él por el bien de su hija y cada vez ejerce una influencia más negativa sobre su síquico, y todo ello se agrava en el momento en que Clara pierde el control de su coche condenando a su hija a una silla de ruedas.
A partir de ese momento, se convierte en una mujer insegura a la que su ex marido manipula a su antojo, a parte de no ayudarle a soportar las cargas de trabajo que le imponen el nuevo estado de su hija.
Eric: Quizá el personaje más profundo, el que está mejor plasmado, el que emana más humanidad, y rezuma más dolor. Y ello tiene que ver con unos fantasmas o sombras que arrastra desde el pasado, que lo han convertido en un hombre arisco y taciturno que se aisla socialmente. Las reflexiones de Éric no tienen precio, aunque nos será complicado comprenderlo hasta que no nos revele que le hace sufrir de ese modo.
Con este personaje es con el que más he empatizado, conozco el mundo de la sordera,  y con él he aprendido cosas que algún día quizás me puedan ser útiles para asesorar a personas que como él se ven confinadas a un mundo de silencios, y sin embargo personas tan intuitivas, y humanas. Es el personaje que más avanza, el que más cambia a lo largo de la narración y el que más arriesga.
Bélen: Una niña  como tantas otras, charlatana, mimosa y un tanto vaga... una niña que vive en un hogar desestructurado y que prefiere estar con su madre, que con su padre, quizás por eso la tarde del accidente desplegó toda su locuacidad y toda la artilleria para no quedarse con él, sin tener en cuenta de que la lluvia convertía la conducción en un hecho peligroso, y quizás también por ello contra todo pronostico se desato el cinturón de seguridad momentos antes de que su madre perdiera el control del coche.
A pesar de estar en una silla de ruedas, Belén nos da una lección de optimismo difícil de desdeñar, no ha perdido la alegría y pretende hacer lo mismo que los demás, solo lamenta no poder bailar, porque como bien dice ella correr y caminar lo hace aunque de otra forma. Parece más afectada Clara por el estado de la niña que ella. Y la explicación quizás más lógica la ofrece Éric, quien también se encontró con una discapacidad sobrevenida.
Y aunque hay muchos más personajes, me quedo con estos tres, ellos serán los que más sensaciones nos causaran, unas veces lograremos empatizar con ellos y otras no tanto, salvo en el caso de la niña que siempre nos enternecerá. Creo que es una novela para ser disfrutada y paladeada, para sumergirnos en un mundo que a la mayoría de los lectores le vendrá de nuevo, para conocer realidades que poco tienen que ver con las que tenemos y para mirar con otros ojos a todas aquellas personas que padecen una discapacidad.
Pero sobre todo para aprender que cualquier adversidad tiene que ser enfrentada, y que con algún apoyo al lado puede ser superada, para darnos cuenta de que hemos de respetar las rampas, y no hemos de prejuzgar a las personas por las apariencias sensoriales, porque podemos equivocarnos. Una novela que destila una gran humanidad y sensibilidad, un ejemplo de superación ante los problemas que la vida nos va colocando delante. Porque en esta partida de póquer no siempre les llegan buenas manos a los protagonistas.
Escenarios
 No voy a negar su importancia en la novela, porque si no se da la coyuntura necesaria, nada hubiera podido desarrollarse de esa forma, los acontecimientos se hubieran sucedido seguramente en otro orden y entre los protagonistas no se hubiera dado tanto intimismo, nada como la soledad que los arrastra para que el acercamiento haya sido posible.
La novela se desarrolla casi toda en los Pirineos, en una cabaña aislada y con una nevada impresionante. Por ese motivo la desolación y la soledad se convierten en protagonistas de la novela, encubiertas eso sí, presentes en los ánimos de los dos personajes principales, que se ven obligados a silencios prolongados, al desconocimiento de sus propias realidades, y el viento, la blancura de la nieve y el fuego del hogar que los reconforta, se convierten en claves en el devenir de la trama.
Pero también podremos pasear por un pueblo rural navarro, y conocer el carácter de sus gentes, el poco tacto que destilan, reflejo del que muchos de nosotros también destilamos, lo que pasa que en una ciudad pasa mucho más desapercibido, las personas van  mucho más lo suyo.
Y como colofón la gran ciudad, y no una cualquiera, Barcelona, ciudad apabullante donde las hayan y  más para una persona acostumbrada a la soledad, a la tranquilidad y no digo al silencio porque no procede. Sin duda alguna todo un mundo a descubrir al alcance de la mano.
Curiosidades
Ya he  comentado que el mundo de las personas con escasa audición o carente de ella no  me es desconocido, me gusta estar al día y si no he aprendido la lengua de signos es porque pocas veces he tenido contacto con sordo mudos y aún así he sabido vencer los obstáculos.
Reconozco que aunque no se hacer volar mis manos, y en el futuro me gustaría aprender, ellos se hacen entender porque aunque sus cuerdas vocales no emitan voz, vocalizan, tan solo tienes que ser capaz de leer sus labios, y os aseguro que es muy útil.
Cuando leía la novela me extraño no ver en la casa de Eric ninguna de las señales luminosas que suelen utilizar las personas con sordera, suelen  ser luces rojas en lugares estrategicos de la casa, que avisan de cuando suena el timbre, el teléfono...   Pero no por ello Éric estaba incomunicado, hubiera sido un error que la autora no podía cometer teniendo ella misma una discapacidad.
Ante mi se abría todo un mundo nuevo el de los perros señal, y ha hecho mis delicias, os puedo asegurar que aunque no lo he puesto en el apartado de personajes o protagonistas, el perro lo es por derecho propio, destila humanidad, y un cariño  impresionante, al mismo tiempo es la forma con la que su amo se comunica con los elementos sonoros, es el perro quién les lleva a ellos.
Tan solo voy a apuntar este hecho porque el propio Éric lo explica muy bien en la novela y vale la pena sumergirse entre sus páginas, avanzar poco a poco y descubrir el mundo que se abre para una personas con discapacidad auditiva y las personas de su entorno.
Sólo me queda añadir lo real y humano que me ha parecido el personaje de Éric, con el que no siempre seremos capaces de empatizar porque no vivimos una situación  como la suya, a mi me ha costado menos porque muchas de sus reacciones no me eran desconocidas, y las he podido encajar aunque con un mohín de labios...
Conclusión
En un refugio para Clara vas a encontrar una novela de amor, del amor más puro y comprometido, a la par que una novela de superación, en la que dos personas que arrastran heridas del pasado, van a aprender a respetarse, a dialogar y a utilizar los silencios en la conversación. Es una novela de confidencias, de mucho dolor y adversidad, que les hace resurgir de sus sombras y darnos un rayito de esperanza, porque todo se puede superar con la persona adecuada a tu lado.
Quizás a través de esta novela podamos aprender a ver las discapacidades de otra forma y cambiar las miradas de conmiseración por otras de admiración, las que merecen todas aquellas personas que a pesar de no tener todos sus sentidos son capaces de seguir adelante, superarse a si mismas y darnos una lección de humanidad, y humildad que bien nos vendría a todos aprender, así seguro que no pondríamos más obstáculos en su camino de los que ya de por si tienen en su día a día.
Tan solo me queda desearos una feliz lectura a todos los que decidáis adentraros en el mundo de Clara y Éric
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