Entre la víctimas estan los jóvenes. Con esa afición que tienen algunos sociólogos de gabinete y medios de comunicación dados a los eslóganes fáciles, se ha creado la idea de una generación de jóvenes Ni-Ni, que ni estudian ni trabajan.
Pero, como tantas otras falsas realidades, la generación Ni-Ni es sólo un constructo falaz e inexacto. Un excelente estudio del Observatorio de la Juventud en España que ya hemos citado anteriormente (“Desmontando a ni-ni. Un estereotipo juvenil en tiempos de crisis“) explica concienzudamene la realidad de una buena parte de nuestra juventud.
Lo que se pide es un poco de respeto para con los miembros más jóvenes de nuestra sociedad. Que son eso: más jóvenes, más fuertes y más listos. Pero que si los abandonamos a su suerte enmedio de la actual temptestad económica, pueden ser pasto de totalitarismos pupulistas reduccionistas.
Algunas voces de gente prudente (Eduard Punset), sin embargo, están seguras de que vamos a mejor. Pero sólo si abrimos las puertas a la creatividad. Y, desde luego, no apaleando adolescentes como ha sucedido en Valencia.
X. Allué (Editor)