Un nombre tan sencillo y a la vez tan ambicioso como Dolce no puede que esconder una propuesta original.
Y así es.
Nos encontramos ante un nuevo concepto de restaurante-pastelería en el que todo gira alrededor de los dulces. Empezando por la carta, cuya primera página está dedicada a los postres que el chef preparará durante la cena para que estén listos y recién hechos llegado su turno. Mientras tanto podréis matar el gusanillo con alguna de las originales propuestas saladas que van desde las hamburguesas gourmet hasta la pizza con peras y gorgonzola hecha en horno de leña.
Otro de los puntos fuertes de Dolce es la decoración en la que no se ha dejado nada al azar. Una imponente escalera de hierro forjado comunica las dos plantas de estilo entre retro y cosmopolita, que hace por un momento olvidar la ciudad en la que nos encontramos. Los detalles son muchos, imposible enumerarlos aquí. Id a verlo, comprad unos macarons y preguntad donde está el baño. La ruta merece la pena. O mejor aún, sentaos en el sofá a saborear un apple crumble o un trozo de NY cheesecake y luego me contáis qué os ha parecido.
Dolce
Via Tripolitania 4 - 00199 (zona Quartiere Africano, metro B1)
http://www.dolce-roma.com