Hace algunas semanas vimos una campaña de Dove que tenía como objetivo subir la autoestima de todas las mujeres, y partiendo de esa idea, el restaurante de comida rápida Spoleto ha realizado otra bonita acción del mismo estilo, pero muchísimo más directa y dándoles un beneficio cuantitativo aparte del cualitativo.
Cuando las chicas se dirigían a la caja a pagar, el camarero les hacia una pregunta clara y directa: “¿Eres hermosa?”. Si la respuesta era afirmativa, la cuenta quedaba automáticamente saldada. Sólo por tener un poco de autoestima les salía la comida por la cara. Así de claro. Pero en algún caso, una cosa es tener autoestima y otra, ser una creída.