Un Rottweiler en una situación imprevista

Publicado el 05 octubre 2010 por Heltroger

Ayer Lunes a eso de las 10 :00 de la mañana tenia una cita con los señores que recogen los restos de la depuradora del agua, un camión cisterna con una poderosa bomba viene cada tres meses para vaciar el contenido del tanque, los dos hombres de aspecto rudo y acostumbrados a trabajar con herraminetas de mano y elementos pesados se me acercan y me dicen que tenemos un problema, los acompaño hasta el sitio donde esta aparcado el camión y veo un Rottweiler negro inmenso amarrado a un tubo que hay sobre la calle para impedir que los autos se estacionen sobre la acera, el perro esta situado justo donde estan ubicados los comandos para accionar la bomba, uno de ellos me dice que teme la reacción del perro cuando encienda el sistema de succión, comprendo sus razones decidimos esperar, quizas su dueño apareciera, cinco minutos, diez minutos pasan y este camión que va con su recorrido planificado y que cobra por los retrazos injustificados va completando veinte minutos perdidos y nada, de pronto vemos que se acerca una muchacha de unos 25 años con una maleta de rodachinas, ve al perro solo con cara de abandonado y se acerca a él, lo acaricia, lo mima y el animal luce docil, manso y tranquilo, ademas da muestras de estar contento, aprovechamos para hablar con ella y exponerle el problema en que estamos, ella con su mobil llama a la policia y esta le dice que porque no se lleva el perro para su casa, ella contesta que precisamente en ese momento se va de vacaciones y debe tomar el tren, la mujer muy compasiva le quita el collar de castigo que porta el perro y lo deja solamente con la gruesa cadena, el animal libre del collar se vuelve inmanejable y la muchacha comprende el porque del collar que con su diseño de puas romas frena sus impetus, hace sentar al perro sobre sus cuartos traseros y vuelve a ponerle el collar pero con las puas hacia fuera, estando en esta me siento encartado, con el camión, con su tripulación, con el perro y ademas con la muchacha que se debe ir a tomar su tren, le pido el favor que amarre el perro a un tubo que hay 20 metros mas abajo y asi resolvemos el problema cuandoen esas vemos que el perro menea la cola y se mueve con una felicidad perruna y allí doblando la esquina aparece su dueña, lo toma de la cadena y sin saludar ni despedirse se pierde con su mascota.