Ayer tuve la suerte de poder ver y escuchar a Carlos Gonzalez, que dio una maravillosa charla acerca de la alimentación de los 0 a las 3 años. Además, lo hice en la major compañia, puesto que fui con Mamen, del blog Mamá y muchas cosas más.
Por varias razones, no pude escuchar la charla entera desde el auditorio, pero la terminé de oir fuera, con Ana deKanguret, su marido y su pequeño.
Respecto a la charla esta vez no voy a contar demasiado, puesto que estoy casi segura de que prácticamente todos los que me leeis habreis leido o conocereis el libro "Mi niño no me come". A lo largo de la charla Carlos, de forma cercana y divertida, nos habló de la importancia de no forzar a comer a nuestros hijos, siendo conscientes de que comen lo que necesitan. Ni mas ni menos. Y nos habló de la alimentación sólida a demanda, sin pasar por los pures, sin contar gramos ni calorías, simplemente ofreciendole a nuestros hijos la comida y dejando que ellos mismos se la coman, aunque ensucien y coman de esta manera menos de lo que nos gustaría.
A la salida, papá y David vinieron a recogerme y nos fuimos a comer a casa de Ana.
Yo estaba un poquito preocupada pensando si David se lo pasaría bien o no porque, como os he contado en otras ocasiones, no lleva demasiado bien las reuniones. En el coche, le conté que íbamos a ir a una casa en la que podría jugar con un montón de juguetes y no le pareció nada mal.
Nada más llegar, al bajar del coche, ya me dijo que fueramos a buscar los juguetes y cuando entró a la casa, miró el salón y con una sonrisa de oreja a oreja dijo "Es PRECIOSA". Nos partimos de risa con el, porque nunca había dicho nada parecido y seguimos enseñandole la casa.
Salimos a la terraza, en la que tienen una casa enorme de plastico para los peques...esas casas son el sueño de David (desgraciadamente no me caben en mi casa), así que pasó un buen rato antes de comer y casi todo el tiempo mientras que nosotros comíamos jugando en la casita.
Por otro lado, hizo muy muy buenas migas con Ana y sobretodo con su marido, con el que no tenía ningún problema en que lo cogiera en brazos e irse a jugar sin mamá (algo extrañisimo en el).
Un ratito más tarde se despertó el hijo de Ana y estuvieron los dos jugando (más bien intentando coger los mismos juguetes) con los papis mientras Ana me hacía unos arreglillos en la mochila que me regaló, porque me quedaba un pelin grande.
Así que, en resumen, ha sido un día estupendo, en el que tanto David como papá y yo lo hemos pasado fenomenal. Me alegra mucho encontrar a personas como Ana y su marido, que comparten nuestra forma de entender la crianza...es muy agradable poder actuar con tu hijo tal y como te gusta, sabiendo que nadie va a estar pensando o diciendo que lo malacostumbras o que lo tienes mal educado. Y, sin lugar a dudas, David nota esa tranquilidad y buen rollo y también muestra su mejor cara . La verdad es que se lo pasa en grande.
Porque para los niños, al igual que para nosotros los adultos, es muy importante sentirse aceptados, sentir que se les entiende y que no se les "mira mal" cuando hacen determinadas cosas.
Los tres pasamos un día estupendo en la mejor compañía. Estoy segura de que repetiremos pronto!!!